lunes, 19 de octubre de 2009

De colores...


Luego de mirar este excelente fotomontaje de Willi Ríos, me viene a la memoria está introversión que, en Mayo del 2007, me publicara Emilio Ichikawa en su blog con el título "De colores y pintores".

“Hace ya tiempo, viendo un programa sobre Cuba en la TV local de Miami, Rosana me aseguraba que a la Isla, entre otras cosas, lo que le hace falta es mucha pintura. Decía mi dama, que al parecer, no existe el color allá. Y claro, sin dudas tenía –y tiene- razón.

Sin embargo, yo no reparo esa necesidad de pintura, únicamente como algo físico, sino, como un símbolo, una aplicación desmesurada y urgente, que ha de practicarse de forma similar lo mismo a paredes que a pueblos. Cuba está desteñida, es un hecho. Ahora, igualmente que sus edificios, sus calles, la gente precisa retocarse con la tinta de las nuevas costumbres, que son vitales para una convivencia que entraña tolerancia y libre albedrio.

Tal vez suene kicht, pero una sociedad democrática, ahora mismo se me antoja una acuarela inmensa, harta de colores, porque abarca todo los espectros y los respeta, aún cuando sean minorías ¿Estará preparada esa nueva sociedad cubana para una vida de abundantes tonalidades, después de tantos años monocromáticos, atiborrados de grisura?

Por supuesto, después del retoque imprescindible que piden a gritos cuantos inmuebles o avenidas concurren en Cuba, hace falta también la otra pintura, la que le de matices disparejos e incomparables a las personas, al cubano en general, y puedan ser estas verdes, azules, rosadas, incluso rojas, y se les se les escuche por lo que son y representan. Y sea tanta la pintura, y a cuerpo completo que nos demos, al punto que consigamos identificarnos por esas coloraciones que ahora nos faltan, y han hecho de la vida del cubano un ente de una uniformidad terrible”.