jueves, 12 de noviembre de 2009

La Gestión


Grecia no es el mundo –dijo Inos-
ni el poder de Apolo ni el poder de Zeús
va más allá de Grecia
.
Hércules y Yo.


Acabo de regresar de Grecia. Me da pena con los muchachos de que no puedan dar su concierto luego de tantos “imprevistos de últimia hora" y, me he tomado la libertad de hacer varias gestiones. El mismísimo Zeús me juró que iba a ocuparse personalmende de que todo salga bien; aunque, no sé, confieso lo mismo que aún tengo mis dudas. Al menos, respecto al transporte para el audio y los grupos, podemos estar tranquilos, Argos se ofreció de muy buena gana. Me cuenta el héroe que siendo por mar no existe cosa o persona que le sea imposible mover; además, Los Argonautas son chéveres y están en lo del cabotaje por cuenta propia. Claro, por si acaso, conversé con Belerofonte y me dijo que si hiciese falta, puedo molestarlo a él y a su Pegaso. Nada más sería enganchar una carreta a su caballo alado.


Jasón me sugirió que no busquen utileros, Hércules bien puede ocuparse; eso si antes no lo llama antes el Rey Euristeo de Micenas para algún trabajo y nos deja embarcados; lo que me inquieta es la comida. Jasón nos aconseja mantenerle la barriga llena al semidios pues se pone de muy mal humor cuando tiene hambre ¡¿Y de dónde carajo vamos a sacar un buey sólo para la merienda del forzudo, si aquí las vacas son más sagradas que en la India?! ¡Nos mata si le doy un pan con pasta y un refresco de sirope!


Palas Atenea quiere que le hagan un arreglo heavy al numerito de la creación que cantó Orfeo cuando iba en el Argos a la Isla de Samotracia, asegura que ellos lo mismo necesitan renovarse. También consulté con Cronos, y a pesar de que piensa que no habrá contratiempos, no quiso asegurarme nada tampoco. Dice que con nosotros, al final todo puede pasar, y ni la dimensión del tiempo es exacta en esta Isla; esto el muy cabrón lo dijo con tono despectivo, pero me aguanté la boca y me hice el que no lo escuchaba; que con los dioses no se puede estar haciéndose uno el gracioso, que te joden.


Por supuesto que vi a Afrodita, tan cariñosa ella, tan linda. Me pidió que a toda hora tuviese presente que la belleza y el amor han de formar parte de lo que hacemos. Y nada, cuando más feliz estaba yo por la conversación, se fue sin despedirse siquiera. Apolo vino a buscarla desde Troya, urgente, para ver si entre los dos podían convencer a Aquiles a que use sandalias cerradas. Lástima que no me escuchó cuando le gritaba casi, que yo podía resolverle un modelito ortópedico; con unos zapatos así, otra hubiese sido la historia del amiguito de Patroclo. Con Apolo me molestó un tanto que se quedase pendiente una charla. Me hubiese gustado invitarlo y así nos podría dar su opinión de la música y los textos actuales.


A Hermes no quise verlo, tan hermético como siempre. De todas formas, confío en que todo salga bien. No obstante, siendo práctico, iré a consultar a los Orishas. Esto de dar un concierto de rock en Cienfuegos, no es tarea que se le pueda dejar únicamente a los Dioses del Olimpo.


Cienfuegos. Agosto 2003