miércoles, 2 de junio de 2010

Miami ¿El paraíso?


Confieso que Tu Miami blog es una suerte de abrevadero para mi, sobre todo en días como hoy, que no tengo a mano alguna cosa interesante que me inspire subir un post; reconozco lo mismo, que mucho de lo que he escrito en Fernandina ha salido después de haber visitado la página. Por supuesto, no los hago responsable de lo publicado aquí.

El caso es que, leyendo a Tu Miami descubro una foto que les llegase por vía de León Ichaso, que me hace recordar una conversación que tuve hará un par de semanas con un hondureño que trabaja conmigo. El sujeto me reprochaba la sobredimensión que le dan algunos cubanos al hecho de considerarnos “conquistadores” de éste Condado, y que exageramos desmedidamente ese orgullo al asegurar que luego del 59, Miami es lo que es hoy gracias a los que vinieron primero, los que llegaron después y, los que aún continúan arribando a la ciudad “Agua Dulce”. Incluso, me comentó sobre lo que otras nacionalidades denominan, con tono despectivo, el “Poder Cubano”, lo que él, personalmente, ve como una payasada. Claro, mi respuesta fue, ¿qué han hecho ustedes…? ¡Vete a al Carajo!

Es un hecho innegable que cuando aparecieron los primeros criollos en la primera mitad de los sesenta, este lugar para nada se comparaba con lo que es hoy, y aunque le pese a varios, la presencia de una comunidad que más tarde se hizo fuerte lo mismo política que económicamente, de alguna forma provocó como resultado que en la actualidad Miami sea un emporio importante no sólo en USA, sino en todo el hemisferio, y además, según Wikipedia, un área metropolitana que engloba a más de 5, 4 millones de habitantes, lo que la hace la séptima más grande de los Estados Unidos; y que se convirtiera asimismo en el 2007 en la cuarta área urbanizada más grande del país, detrás de Nueva York, Los Ángeles y Chicago.

Eso sí, para nada es un paraíso, y como bien expresa un comentarista en el post que publica el amigo blog, dista mucho de serlo y en cualquier caso es el reflejo de lo mejorcito, y de lo peor, que abunda en nuestra naturaleza; dicho sea de paso, para una mayoría sólo criticable entre cubanos. Ahora, de que somos responsables en buena medida de lo acontecido aquí durante los cincuenta años que llevamos fuera de casa y con una presencia numerosa, eso no se puede obviar. Y de que no me interesa en lo particular otro sitio para vivir fuera de Cuba, igual…

Finalmente, ¿somos los cubanos responsables de que sean como son las dos orillas? Sin dudas que si, y a lo mejor es por aquello que dice el comentarista que menciono antes: “merecido castigo por ser descendientes de los anfibios de la Atlántida --o de cualquier otra mierda hundida en el Caribe-- mezclada con sangre hispana y africana…”
Foto tomada de Tu Miami blog