jueves, 22 de julio de 2010

Los versos que me cuadran... (II) Zahylis Ferro y Armando Añel

Revelaciones
por Zahylis Ferro
poema que tomo de KontARTE, de Zahyli Ferro y Michael Sixto

Súpose que el silencio agigantaba los pasos
Y súpose también que no eran pocas las horas de espera
ni las marcas oscuras debajo de los ojos
de tanto dormir sin sueño.

Púsose en la balanza la existencia
y sólo se logró el equilibrio con un buen puñado de lagrimas.

Túvose la certeza de que los pies dolían,
de que ya era casi de noche
de que con la luz del farol no parecía llegarse muy lejos,
mas, riose en la clara penumbra de los cuerpos
porque el turbio destino cantado por poetas con antorchas de ideas
no bastaba para dar de comer a su lumbre.

Y entonces vínole el mundo todo
en su lenguaje sempiterno a decir lo sabido,
a mitigar los miedos
a dislocar las ansias del repentino encuentro,
y proclamarse, una vez y por siempre,
testigo tangible y misterioso
de aquel infinito despertar





Periplos
por Armando Añel
poema que tomo del blog La otra esquina de las palabras, de Joaquín Gálvez

I

de más está decirlo
de más como la penuria o la esclerosis

hubo un tiempo en que la gente se acostaba al amanecer
luego de haber dado curso a sus muy bajos instintos
hubo un tiempo en que no había de qué preocuparse
si tenías la barriga llena no importaba
pues la contemplación era más relevante
que el hambre o la insurgencia

no existe el azar en mi país, no existe el peligro
por lo que hombres y mujeres se tienden los unos
de espaldas a los otros
luego de haber fornicado como monos en la copa de un árbol

el silencio es un arma acá, la vegetación estrambótica
una forma de peregrinaje

el archipiélago retumba a través del eco del rugido
de las muchachas que abortan
no hay lápices de colores ni hermandades secretas
en la tierra más fermosa que ojos humanos vieron

de más está decirlo
nadie jura, nadie pide permiso ni espárragos
dos más dos son cuatro en las cabezas de los iluminados

II

a ratos el archipiélago se tensa
como el equilibrista sobre la cuerda floja
entre la muchedumbre, en los puntos de venta al uso
a los revendedores se le hace un nudo en la garganta

cómo sufro, ya no quiero mi país
terruño insólito, equidistante, en fuga
no tengo brújula ni dejo rastro ni me amparan
no sé qué es recordar lo que me viene a la memoria

soy la marimba, quien se apresta a degollar
el que se orina
quien lleva los pantalones
el que está en candela

la isla estará en mí, pero la isla no es la isla
a la manera en que el gusano nunca es la mariposa