jueves, 30 de diciembre de 2010

Final de Año

Recibo un correo de Manuel Sosa con sus deseos de que yo, y sus amigos, tengamos un buen fin de año y del que el próximo sea mejor; lo que retribuyo al guajiro de Meneses. También trae un regalo peculiar, que lo mismo, tratándose de Manuel, no podía esperarse otro. Un extenso mamotreto que se agradece. Un poemario de Jorge Luis Borges, con unos versos en particular que me cuadran enormemente y, que para un día como hoy, vienen como anillo a un dedo que guste de joyas como estas….

FINAL DE AÑO

Ni el pormenor simbólico
de reemplazar un tres por un dos
ni esa metáfora baldía
que convoca un lapso que muere y otro que surge
ni el cumplimiento de un proceso astronómico
aturden y socavan
la altiplanicie de esta noche
y nos obligan a esperar
las doce irreparables campanadas.
La causa verdadera
es la sospecha general y borrosa
del enigma del Tiempo;
es el asombro ante el milagro
de que a despecho de infinitos azares,
de que a despecho de que somos
las gotas del río de Heráclito,
perdure algo en nosotros;
inmóvil.

Willi el Mago...


Más de una vez he comentado en Fernandina de Jagua el trabajo de Willians (William) Ríos. Sus fotomontajes, sin duda alguna desbordan ingenio, autenticidad. He aquí una muestra de la peculiar plástica, (y otra aquí) de mi ecobio Willi, en un excelente video que hiciera Ernesto G.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Todo el humo a La Habana por sus hombros...



Ernesto G, le da el cuerpo que definitivamente le faltaba a un poema que le guardo especial afecto. Quiero agradecer a Ernesto su tiempo y talento para dibujar, como sólo sabe hacer él, a unos versos que me cuadran. Gracias mil, Mr G.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

El Pan Nuestro...

En el año 2002, en Cienfuegos específicamente, por primera vez una visión muy peculiar de José Martí se exhibió en los salones del Museo Provincial de la ciudad. Un joven de probado talento; un tanto problemático para las autoridades culturales de la ciudad por lo que se atrevía a evocar y a llevar a vías de hecho -sin mencionar su aspecto, muy lejos del New Man por su onda Rastafari-, de nombre Ras José Tamayo, exponía su tesis de graduación titulada El pan nuestro. Presentaba, para susto del jurado, una escultura de barro y pátina sobre una apropiación que hizo de la figura del Moisés de Miguel Ángel Buonaroti, de idéntico tamaño a la obra del italiano prodigioso, con la peculiaridad de ubicarle encima de sus hombros la cabeza de un “apóstol” bien enojado que, bajo su brazo derecho guardaba dos tablas, quizás unos centímetros más grandes que las del profeta bíblico, con una acentuada pretensión de cuidarlas porque lo que anunciaban ahora podía pensarse, resultaba peligroso al sugerirnos que sus mandamientos esta vez eran “diferentes”, o al menos, muy distantes de lo que la oficialidad vende como un credo redimible.

Por supuesto, la “usurpación“ o trastoque a lo Tomas Mann bien criollo -al decir del otro escritor con quien tuve el privilegio de escribir las palabras de presentación del catálogo-, revelaba el rostro musculoso y endurecido de un hombre que evidencia estar molesto con lo observa en la actualidad. Un profeta local en el que se notaba una evidente inconformidad y una disposición sin precedentes para denunciar lo terrible que le rodeaba -un tanto apocalíptico en el imaginario de algunos, no sin razón-, a pesar de un raro sosiego no muy definido para mi, porque reitero, se percibía en sus ojos una insinuación a la revuelta. O lo que podría entenderse igual, la universalización de nuestras penurias reflejadas en una mueca o rictus que dejaba ver un agotamiento más que justificado si tenemos en cuenta lo que pesa sobre los hombros de Martí en cuanto interpretaciones revolucionarias...

Desde luego, una obra de tal dimensión y propuesta provocó dentro de la mayoría de la intelectualidad provinciana oficial un raro escozor en sus pieles parametradas. Y los hubo, quienes hacían la señal de la "cruz roja" al ver tan atrevida licitación artística. Y la censura, aunque solapada esta vez, con mucho más refinamiento que en épocas tempranas, no se hizo esperar.

Ignorarla, asumir que no existía -nueva tendencia o modismo dentro de los posmodernistas censores, que al no hablar de…, pues no está entre ellos lo que ha de molestarlos-, fue la nueva estrategia de lucha contra de la obra de Ras Tamayo y los "especialistas" asumieron que la pieza -tan sugerente y atrevida para un grupo visionario, en medio de un contexto satánico, donde expresarse con dobleces también puede ser fatal- finalmente se trataba de una desmesurada escultura muy lejos de la verdadera imagen del héroe nacional, que le sobraba asimismo un cuerpo envuelto en túnicas y, sobre todo, dando la apariencia de un patriota un tanto amanerado que para nada entonaba con la Obra.

Claro, con el tiempo, para presentarse en otros salones provinciales, El pan nuestro pasó por innumerables obstáculos, la mayoría insuperables, y cuando conseguía finalmente que fuese aceptada, si a caso una mención era cuanto le prodigaban, y no sin cierta reserva.

Por suerte, antes de irme de Cuba, por gestiones de una persona a la que quiero y respeto enormemente, y admiro, la escultura fue a parar a la universidad de Cienfuegos no sin que los funcionarios rectores sospecharan. Sin embargo, al no entender con la debida transparencia lo que se proponía el artista -por ser ellos mecánicos y no cerebros-, e igual no prestarle demasiada atención a las palabras del catálogo, la pieza de un Martí antiguo, venerable, y repito, hasta un tanto apocalíptico a pesar de un aparente y raro sosiego -nuestro Moisés nacional-, fue ubicada en uno de los pasillos principales de la alta casa de estudio cienfueguera. Hoy, casi sietes años después de haberme ido de Cuba, tengo mis dudas de que siga en el mismo lugar… Dios quiera que continúe allí.

Los versos que me cuadran... (XLIV)

A tono con su centenario. Con la esperanza de que "lo descansen" un poquito el venidero año...


RAPSODIA PARA
EL MULO
José Lezama Lima

Con qué seguro paso el mulo en el abismo.

Lento es el mulo. Su misión no siente.
su destino frente a la piedra, piedra que sangra
creando la abierta risa en las granadas.
Su piel rajada, pequeñísimo triunfo ya en lo oscuro,
pequeñísimo fango de alas ciegas.
La ceguera, el vidrio y el agua de tus ojos
tienen la fuerza de un tendón oculto,
y así los inmutables ojos recorriendo
lo oscuro progresivo y fugitivo.
El espacio de agua comprendido
entre sus ojos y el abierto túnel,
fija su centro que le faja
como la carga de plomo necesaria
que viene a caer como el sonido
de mulo cayendo en el abismo.

Las salvadas alas en el mundo inexistentes,
más apuntala su cuerpo en el abismo
la faja que le impide la dispersión
de la carga de plomo que en la entraña
del mulo pesa cayendo en la tierra húmeda
de piedras pisadas con un nombre.
Seguro, fajado por Dios,
entra el poderoso mulo en el abismo.

Las sucesivas coronas del desfiladero
-van creciendo corona tras corona-
y allí en lo alto la carroña
de las ancianas aves que en el cuello
muestran corona tras corona.
Seguir con su paso en el abismo.
Él no puede, no crea ni persigue,
ni brincan sus ojos
ni sus ojos buscan el secuestrado asilo
al borde preñado de la tierra.
No crea, eso es tal vez decir:
¿No siente, no ama ni pregunta?
El amor traído a la traición de alas sonrosadas,
Infantil en su obscura caracola.
Su amor a los cuatro signos
del desfiladero, a las sucesivas coronas
en que asciende vidrioso, cegato,
como un oscuro cuerpo hinchado
por el agua de los orígenes,
no la de la redención y los perfumes.
Paso es el paso del mulo en el abismo.

Su don ya no es estéril: su creación
la segura marcha en el abismo.
Amigo del desfiladero, la profunda
hinchazón del plomo dilata sus carrillos.
Sus ojos soportan cajas de agua
y el jugo de sus ojos
-sus sucias lágrimas-
son en la redención ofrenda altiva.
Entonando el ojo del mulo en el abismo
y sigue en lo oscuro con sus cuatro signos.
Peldaños de agua soportan sus ojos,
pero ya frente al mar
la ola retrocede como el cuerpo volteando
en el instante de la muerte súbita.
Hinchado está el mulo, valerosa hinchazón
que le lleva a caer hinchado en el abismo.
Sentado en el ojo del mulo,
vidrioso, cegato, el abismo
lentamente repasa su invisible.
En el sentado abismo,
paso a paso, sólo se oyen,
las preguntas que el mulo
va dejando caer sobre la piedra al fuego.

Son ya los cuatro signos
con que se asienta su fajado cuerpo
sobre el serpentín de calcinadas piedras.
Cuando se adentra más en el abismo
la piel le tiembla cual si fuesen clavos
las rápidas preguntas que rebotan.
En el abismo sólo el paso del mulo.
Sus cuatro ojos de húmeda yesca
sobre la piedra envuelven rápidas miradas.
Los cuatro pies, los cuatro signos
maniatados revierten en las piedras.
El remolino de chispas sólo impide
seguir la misma aventura en la costumbre.
Ya se acostumbra, colcha del mulo,
a estar clavado en lo oscuro sucesivo;
a caer sobre la tierra hinchado
de aguas nocturnas y pacientes lunas.
En los ojos del mulo, cajas de agua.
Aprieta Dios la faja del mulo
y lo hincha de plomo como premio.
Cuando el gamo bailarín pellizca el fuego
en el desfiladero prosigue el mulo
avanzando como las aguas impulsadas
por los ojos de los maniatados.
Paso es el paso del mulo en el abismo.

El sudor manando sobre el casco
ablanda la piedra entresacada
del fuego no en las vasijas educado,
sino al centro del tragaluz, oscuro miente.
Su paso en la piedra nueva carne
formada de un despertar brillante
en la cerrada sierra que oscurece.

Ya despertado, mágica soga
cierra el desfiladero comenzando
por hundir sus rodillas vaporosas.
Ese seguro paso del mulo en el abismo
suele confundirse con los pintados guantes de lo
estéril.
Suele confundirse con los comienzos
de la oscura cabeza negadora.
Por ti suele confundirse, descastado vidrioso.
Por ti, cadera con lazos charolados
que parece decirnos yo no soy y yo no soy,
pero que penetra también en las casonas
donde la araña hogareña ya no alumbra
y la portátil lámpara traslada
de un horror a otro horror.
Por ti suele confundirse, tú, vidrio descastado,
que paso es el paso del mulo en el abismo.

La faja de Dios sigue sirviendo.
Así cuando sólo no es chispas, la caída
sino una piedra que volteando
arroja el sentido como pelado fuego
que en la piedra deja sus mordidas intocables.
Así contraída la faja, Dios lo quiere,
la entraña no revierte sobre el cuerpo,
aprieta el gesto posterior a toda muerte.
Cuerpo pesado, tu plomada entraña,
inencontrada ha sido en el abismo,
ya que cayendo, terrible vertical
trenzada de luminosos puntos ciegos,
aspa volteando incesante oscuro,
has puesto en cruz los dos abismos.

Tu final no siempre es la vertical de dos abismos.
Los ojos del mulo parecen entregar
a la entraña del abismo, húmedo árbol.
Árbol que no se extiende en acanalados verdes
sino cerrado como la única voz de los comienzos.
Entontado, Dios lo quiere,
el mulo sigue transportado en sus ojos
árboles visibles y en sus músculos
los árboles que la música han rehusado.
Árbol de sombra y árbol de figura
han llegado también a la última corona desfilada.
La soga hinchada transporta la marea
y en el cuello del mulo nadan voces
necesarias al pasar del vacío al haz del abismo.

Paso es el paso, cajas de aguas, fajado por Dios
el poderoso mulo duerme temblando.
Con sus ojos sentados y acuosos,
al fin el mulo árboles encaja en todo abismo.

Tres tristes Tigres


¡Esa negra Fuló...!


foto de Michael Sixto

jueves, 16 de diciembre de 2010

En su día...

Salud, amor, prosperidad para todos...

La zaga del regreso

Leo un articulo de Verónica Cervera en Blogger Cubano y me pregunto, ¿es el hombre un animal de regresos? Muchos son los que, luego de irse de su país, después de varios años decidieron volver. Los hay también, quienes dan por descontado que su salida es transitoria, así se les escape la vida en ese limbo por más de dos décadas y la melancolía delirante, desdibujada lógicamente, los torture. Sin embargo, imagino que al retornar, una suerte de segundo desarraigo ha de golpearlos.

Una gran mayoría de los mortales alrededor de este mundo migratorio, cuando deciden irse del sitio en que han nacido, crecen, y en ocasiones envejecen un poco -si no es que la experiencia que sufren es lo suficientemente terrible como para no considerar este carril jamás- pueden practicar el genuino acto de reaparecer en su terruño sin temor alguno. Ahora bien, en Miami al menos, los que por una u otra razón se atrevan a la realización de tan frágil episodio, les toca llevar una carga extra en los equipajes que durante meses preparan y con muy pocas cosas para uso personal: se trata de un silencioso y diversificado miedo.

Primero, que después de pasar el filtro de aceptación que presupone “no te has portado mal”, por lo que cuentas con el “permiso” emitido por la Oficina de Intereses Cubanos en Washington para ver a los tuyos, al llegar te nieguen el derecho de salir otra vez bajo cualquier pretexto, como le ha sucedido últimamente a una considerable cantidad cubanos, y hasta termines en prisión por los delitos más insospechados, previstos además en la legislatura criolla.

Segundo, lo que has de encontrarte, que en nuestro criollo caso siempre genera un mal presagio. “Los cambios” que habremos de tropezarnos son más dramáticos aún que cuando nos fuimos; más horripilantes, si ya llevamos tiempo suficiente en la piel del extranjero, como para no conseguir habituarnos a la escasez, recortes de antaño, y sobre todo, a la opción de elegir, de hablar sin tapujos, de movernos, que nos da la libertad que tenemos y que, contrario al buen juicio, a veces maltratamos.

Tercero, descubrir que ya no perteneces a ese entorno -aún cuando das por hecho que el actual tampoco lo es- y corrobores lo que vienes sospechando desde hace tiempo: ya no es tuyo por toda una retahílas de hábitos, prejuicios, y hasta conceptos muy sociológicos que conforman lo que varios versados en el asunto definen como identidad, y que en ti se ha vuelto un tanto porosa al asimilar costumbres y modos de vida diferentes. Luego entonces, la experiencia te provoca el dolor de saberte que no ya no eres de ninguna parte, de un lado por la no pertenencia, del otro porque no hay opciones para reintegrarse, y que de hacerlo, presupone un precio elevado que idéntico a los restantes, amargos, te han de dejar un pésimo sabor, no sólo en la boca, sino en las entrañas mismas.

Ahora bien, no por eso una gran mayoría renuncia a ese derecho, definitivamente inalienable, amén de que genere legítimas polémicas. Lo que representa entrar a tu país de origen, las oportunidades que quieras, y mucho menos, pedir permiso para que te acepten de vuelta por unas escasas semanas, es un ejercicio que únicamente le compete al que lo practica. Incluso si se trata de ir a Cuba, lo que no sin razón algunos, en casos específicos, lo ven como una patología de cuidado, al menos por ahora. Reitero, que ha de llegar el día en que este asunto no importe y sea visto como merece: una decisión personal. Por cierto, a la pregunta que me hago al inicio, la respuesta es sin dudas que si.



Imagen del aeropuerto de La Habana tomada de Google (Cubamatinal)

La recurrencia necesaria. Lezama y sus 100 años, en Café Demetrio...

Logo creado por el pintor y diseñador Umberto Peña


Update
Lezama, como Martí, como suele sucederle a los grandes, útil de los dos lados de la orilla. De un borde, su centenario suscita el interés por rescatarlo repleto de dobleces, esas que van cargada de un tufo de reconciliación política. Un viso de sórdida complicidad que, de seguir las celebraciones, habrá quien terminaría publicando, El Gordo resultó ser un colaborador confeso de aquellos que lo encerraron en su jaula de Trocadero 162.

Del otro, más lejos del dogma y la manipulación, más de carne y hueso, menos tinta, por suerte se mueve su gruesa figura distante de las pretensiones que intenten lo mismo consagrarlo como el hombre que estuvo dispuesto a luchar contra esos...

Para los dos bandos, a pesar de ingentes esfuerzos, para muchos igual sigue de hermético. Sin embargo, para todos, necesario y su evocación, amén de errores y sandeces dichas, bien vale la pena. Y por suerte, los hay quienes si saben lo que hablan, luego lo escriben, y sale a la luz un libro que merece leerse: Lezama Lima o el azar concurrente (Editorial Confluencias, España, 2010), del novelista y crítico literario cubano, José Prats Sariol.

La presentación será el próximo 17 de diciembre en La Otra Esquina de las Palabras, peña de mi buen amigo Jota Gálvez, en Café Demetrio, y el evento contará además con la participación del actor Orlando Casín, quien leerá poemas de Lezama.




Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
(305)448-4949
Viernes, 17 de diciembre, a las 7:30 p.m.


jueves, 9 de diciembre de 2010

Come together...

Las escarchas de la noche quedaban desechas con tanto calor humano. Y luego, una y otra vez, las melodías se estrellaban contra los corazones y las almas. Resurgía, plácidamente, entre canciones, el espíritu, henchido, de John Lennon. Homenajeando el aniversario 30 del asesinato de este genial músico británico, la agrupación cienfueguera Los Moddys celebró un gran concierto en el cabaret Costa Sur de la ciudad.


Así comienza un artículo publicado por un portal oficial de Cienfuegos, que reseña lo sucedido el pasado 9 de diciembre en el cabaret Costa Sur. Recuerdo bien los homenajes a los Beatles, siempre en diciembre, siempre en un sitio cerca del mar. Recuerdo el que pasé antes de venir a Miami. Fue una tarde extremadamente fría, gris, tal vez con una importa londinense, frente un azul que se obstina en no dejarse agitar dentro de la bahía. Recuerdo a los amigos, a los que les prometí, no iba a olvidarlos, incluso si la comunicación empezaba a fragilizarse, a dejar de existir, como lamentablemente ha sucedido.

Recuerdo también a Los Moddys, sus canciones. Y me viene a la mente aquellos que fundaron el grupo que más huella ha dejado dentro de la juventud cienfueguera, borrados en su mayoría de cuanta información hiciese referencia a su trabajo, porque nada más decidieron irse. Recuerdo sus presentaciones en La Patana, y esa juventud que hoy pasa los cuarenta, bailando, cantando incluso, los temas que sólo por onda corta podíamos disfrutar.

Recuerdo igual el día en que, siendo un imberbe con ínfulas de adulto, me llevaron a la dirección de la escuela porque tenia copiado en la ultima hoja de la libreta de Matemáticas una canción de Lennon, “Come together”, si mal no recuerdo. Recuerdo que los chico de Liverpool eran considerados enemigos de la revolución, por lo que me acusaron de “diversionista ideológico” únicamente por guardar con innumerables faltas de ortografía la lírica de ellos, y a punto estuvieron de botarme de la escuela y la “vieja” tuvo que ir a conversar con el director.

Recuerdo ahora, que años más tarde, en un parque de La Habana, inauguraron una estatua de John, donde Silvio cantó y Castro hubo de retratarse junto a la escultura y el escultor. Recuerdo con pesar, cuan de forajidos eran, y de pronto, un día, sin entenderlo, ya no lo fueron más y Lennon pasó a ser un héroe ¿A lo mejor porque imaginaba...?

Sin embargo, confieso que me alegra que, aquellos amigos que dejé atrás, la noche del pasado 9 de diciembre se reunieran en viejo cabaret “Pan America” y disfrutaran junto al mar y el frío -que mejor mezcla que esa, a lo londinense- de las canciones de esos que nos sirvieron de mucho cuando, hablar o pensar en ingles, era un flagrante delito.

Conciertos y verdades

El próximo 16 de enero, según el portal del diario 5 de Septiembre, el cantautor Pablo Milanes ha de ofrecer un concierto en la Plaza de la Ciudad, ubicada frente al malecón cienfueguero. La presensación, que incluirá piezas antológicas del bardo como, "Para vivir", "Yolanda" y "El breve espacio en que no estás", “con otras de más reciente factura”, promete ser el acontecimiento del año en mi querida villa Fernandina de Jagua, y cuenta además con el apoyo y “toda la logística” que los organismo territoriales tienen a mano. Por tanto, Pablo no ha de preocuparse, a pesar de que los imponderables a la hora de realizar un evento en La Perla, acontecen con una rapidez que asombraría al mas escéptico de los mortales y, casi siempre, a último momento. Sin embargo, amen de que tal suceso ha de alegrar a los locales, sin importar imprevistos o desmerecer su brillo, sobre todos a los leales seguidores del autor de esa canción que promueve la idea de hundir a la Isla antes que ésta sea traicionada -sueño o profecía muy cerca de cumplirse si seguimos como vamos- me pregunto, irónicamente conociendo de antemano la respuesta, qué le dirá Pablo a la prensa del terruño y, si de hacer alguna declaración, ha de ser esta como las que nos tiene últimamente acostumbrado cuando de sus giras por Europa se trata, y que la han dado en el exterior una imagen de contestatario e inconforme que algunos la dan por cierta, y que otros, como yo, guardamos distancia.

En fin, que sea una linda noche el espectáculo. A lo mejor algo bueno sale…

Volver, el tango prohibido...


Aguaya publica en Desarraigos Provocados la negativa que le diese la consul cubana en Berlín para visitar Cuba. A diario, veo como los cubanos son devueltos a Miami, sin que puedan hablar con sus familiares. La justificación que les da el gobierno de la Isla -en algunos casos, pues en otros no se molestan ni tan siquiera en explicar el motivo- es porque abandonaron su país de manera ilegal: la condición de balsero basta para que seas un desterrado de por vida, sin la oportunidad de que alguna vez consigas visitar a los tuyos. La violación de un derecho inalienable forma parte del proceso de inmigración y extranjería cubano. A continuación reproduzco el post que publicase Aguaya en su blog.


Me acaba de llamar por teléfono la Cónsul de Cuba en Berlín para decirme que las "autoridades migratorias cubanas" han revocado la habilitación de mi pasaporte. Me informó que debo pasar por el Consulado para que ellos allí me cancelen la habilitación que desde hace años tengo en mi documento de viaje cubano.

A mi pregunta de cuáles fueron las causas o del por qué de tal decisión la Cónsul me dijo que desconocía las razones pero que imagina "debían ser de peso" para que hayan tomado esa decisión, y que las autoridades tienen el derecho de hacerlo y de tomar tal determinación.

La Cónsul fue muy respetuosa, menos mal, y me dijo que solamente puedo entrar a Cuba en caso de existir una razón humanitaria previamente aprobada desde Cuba. Si no, no puedo viajar a mi país de origen. Me llamaba para que lo supiera antes de comprar pasaje o hacer algún otro trámite relacionado.

Le pregunté si yo recibiría constancia por escrito de lo que ella me estaba comunicando. No, no es posible, es solamente oral, y que yo puedo pasar en cualquier momento por el Consulado para ella repetirme la misma decisión.

EL GOBIERNO DE CUBA VIOLA UN DERECHO HUMANO UNIVERSAL: MI DERECHO DE ENTRAR A MI PAÍS DE ORIGEN.

Artículo 13, Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada el 10 de diciembre de 1948 en la Asamblea General de las Naciones Unidas:

1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.
EL GOBIERNO DE CUBA ESTÁ VIOLANDO MIS DERECHOS.

El Arte y lo Ambiguo: to be or not to be


Hamlet, desea tener un espacio en esta ciudad para dibujar otros logos como el del PCC, la UJC, etc. Pretende demostrar que basta con la mera reproducción de estos símbolos gráficos para transmitir la carga simbólica del totalitarismo cubano, como expresa él, y cito de memoria, estos símbolos por si solo hablan.

Lo anterior es un fragmento que tomo de la página de Joaquín Estrada-Montalván, sobre una conversación con el joven artista, y recién llegado a Miami, Hamlet Labastida, que publicase después en una reseña mi amigo camagüeyano en su blog Gaspar El Lugareño sobre el agitado fin de semana pasado que tuvo el arte en Miami, la plástica más que otras manifestaciones.

De Hamlet Labastida, aunque no lo conozco personalemente, he escuchado sobre sus performances, sobre su actitud critica hacia la política de la Isla, donde con ironía, cierto divertmiento, y lo mismo con fuerza dramática, nos hace reflexionar, provocando el necesario requerimiento. El joven, igual ha participado en otros proyectos con artistas de probado prestigio en Cuba, como Tania Bruguera, Sandra Ceballos, las que si tuve el privilegio de disfrutar de sus intervenciones, allá por los inicios del segundo milenio…

Ahora bien, según Hamlet, como puede leerse al principio de este post, se propone seguir trabajando en Miami, lo que me complace. Pretende desde aquí continuar acusando al régimen y a través de sus alegorías más sagradas, trasmitir así lo terrible del totalitarismo criollo. Bien por el joven artista. Sin embargo, creo que no basta con la sola repetición, calco o remedo, de los emblemas o esfinges de la revolución para acusar, a pesar de que ellos “hablan por si solos”; en todo caso, eso es lo que me molesta, lo que dicen y el tiempo que llevan haciéndolo.

Luego entonces, hallo que no es suficiente la mera reproducción, la que puede crear perplejidad, un desconcierto que como resultado se mal interprete la intención, y finalmente llegue a considerarse anfibológico el duplicado; o peor, una promoción de lo terrible y para nada subliminal. Y si se hace ésta tal y como la publicitan sus cultores, la idea, que lo mismo no es desechable, debe en todo caso, aunque haga referencias al discurso oficial de la isla, mostrar lo desmesurado que la envuelve, la frustración y el inmovilismo que representa, lo triste. Sin pretender caricaturizar el empeño, al menos ha de despojarse de una indeterminación que, a mi juicio, ahora le asiste al únicamente intentar exponer los emblemas tal y como se reproducen allá.

Nada, que en el arte, la ambigüedad que marca “el ser o no ser”, no es aconsejable aún cuando respondas al nombre del príncipe danés. Y si este arte ha de servir para arremeter, denunciar, que sea por completo una expresión distante de posibles dualidades.


La foto que ilustra a este post pertenece a Blog Gaspar, El Lugareño

En el lenguaje lascivo...

Project Zu y Alliance Francaise
los invitan a noches literarias con las presentación del libro
En el lenguaje lascivo de los perros,
del escritor cubano Adalberto Guerra,
a cargo de Elena Tamargo y Julio Pino.

Jueves, 9 de diciembre, a las 7:00 pm.

Alliance Francaise South Florida
618 SW 8th St
Miami, Fl 33130

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Brazo armado de quien, y por quién...


Buscando en Google una foto de Mario Vargas Llosa que me sirviese para ilustrar el post que antecede a este (fragmentos de sus palabras en Estocolmo), encuentro una caricatura del hondureño Allan McDonal donde acusa al Premio Nobel de Literatura de ser el brazo armado de la cultura burguesa. Claro está, cliqueo en dicha imagen, y descubro un link que me lleva a un texto, que a su vez me enlaza a otro artículo, en el cual el señor Vicenç Navarro “critica la incoherencia política y dualidad moral de autores que se autodefinen como liberales -tales como Mario Vargas Llosa- que justifican la deposición del Presidente Zelaya en Honduras por su supuesto deseo de mantenerse en el poder (sin que exista evidencia de que tal deseo existiera) --y digo yo, es aquí, en este paréntesis, donde la hipocresía cobra un carácter que raya en la desfachatez-- y en cambio permanecen callados frente al intento explícito del Presidente Uribe de Colombia de reformar la Constitución para mantenerse en el poder…”

Lo increíble de esta historia es que hayan articulistas que, se presuponen son serios, y sólo por su afán de contentar al gremio de intelectuales de corte pro izquierda, y por el gusto de atacar aquellos que los han desacreditados con juicios irrefutables, caigan en medio de un estrepitoso ridículo, de una forma tan infantil, y ni siquiera tengan el sentido común de observar los hechos con objetividad para descubrir, o avizorar al menos, la manera en que se comporta el escenario a medida de que la propia dinámica imponga sus leyes, y por consecuencia, cuando ejerzan sus desfasados ejercicios de gurús, sus predicciones sean tan distantes de la realidad, por lo que termienen enlodados el el más despreciable ridículo. Y que asimismo, con una simplicidad que asusta, sean capaces de desvirtuar lo dicho por quienes pretenden desvalorizar: Vargas Llosa en todo momento estuvo en contra de la tentativa de reelección de Uribe, y lo deja manifiesto en un articulo que publicase en El País, y que aparentemente le sirve al señor Navarro para su retahíla de improperios.

Por otra parte, es muy poco serio acusar a Vargas Llosa de incoherencia política y de dualidad moral. El autor de La Guerra del fin del Mundo, si un hecho a marcado su carrera, lo mismo en la narrativa, ensayo o periodismo, es su verticalidad y además su valor para reconocer hasta sus “propios errores de juventud”. Luego entonces, esta falacia de asociar a un escritor que únicamente se ha plantado en sus trece al momento de defender la democracia, incluso a riesgo de perder su nacionalidad peruana y de buscarse poderosos enemigos por ello, es una de las tantas farsas a que se prestan “artista e intelectuales” que lamentablemente han sido victimas de su sometimiento por intereses mezquinos, lo que en algunos casos ha menguado sus obras y su credibilidad.

Sería bueno ver qué se le ocurriese a Allan McDonal si de caricaturizar a García Márquez se trata. El Gabo -y afirmo esto con pesar, primero porque no gusto de ese paralelismo enfermizo que se proponen muchos con los dos escritores; segundo, porque no dejo de reconocer el talento y el oficio del colombiano como escritor- bien que ha sido brazo, voz y cuerpo de dictaduras… Y eso, sí es un hecho probado.

Vargas Llosa: elogio a su valor, a la verdad...


Fragmentos de las palabras que dijese Mario Vargas Llosa
al momento de recibir el Premio Nobel.

I
Quienes dudan de que la literatura, además de sumirnos en el sueño de la belleza y la felicidad, nos alerta contra toda forma de opresión, pregúntense por qué todos los regímenes empeñados en controlar la conducta de los ciudadanos de la cuna a la tumba, la temen tanto que establecen sistemas de censura para reprimirla y vigilan con tanta suspicacia a los escritores independientes. Lo hacen porque saben el riesgo que corren dejando que la imaginación discurra por los libros, lo sediciosas que se vuelven las ficciones cuando el lector coteja la libertad que las hace posibles y que en ellas se ejerce, con el oscurantismo y el miedo que lo acechan en el mundo real. Lo quieran o no, lo sepan o no, los fabuladores, al inventar historias, propagan la insatisfacción, mostrando que el mundo está mal hecho, que la vida de la fantasía es más rica que la de la rutina cotidiana. Esa comprobación, si echa raíces en la sensibilidad y la conciencia, vuelve a los ciudadanos más difíciles de manipular, de aceptar las mentiras de quienes quisieran hacerles creer que, entre barrotes, inquisidores y carceleros viven más seguros y mejor. (…). Defendamos la democracia liberal, que, con todas sus limitaciones, sigue significando el pluralismo político, la convivencia, la tolerancia, los derechos humanos, el respeto a la crítica, la legalidad, las elecciones libres, la alternancia en el poder, todo aquello que nos ha ido sacando de la vida feral y acercándonos -aunque nunca llegaremos a alcanzarla- a la hermosa y perfecta vida que finge la literatura, aquella que sólo inventándola, escribiéndola y leyéndola podemos merecer

II
En mi juventud, como muchos escritores de mi generación, fui marxista y creí que el socialismo sería el remedio para la explotación y las injusticias sociales que arreciaban en mi país, América Latina y el resto del Tercer Mundo. Mi decepción del estatismo y el colectivismo y mi tránsito hacia el demócrata y el liberal que soy -que trato de ser- fue largo, difícil, y se llevó a cabo despacio y a raíz de episodios como la conversión de la Revolución Cubana, que me había entusiasmado al principio, al modelo autoritario y vertical de la Unión Soviética, el testimonio de los disidentes que conseguía escurrirse entre las alambradas del Gulag, la invasión de Checoeslovaquia por los países del Pacto de Varsovia, y gracias a pensadores como Raymond Aron, Jean-François Rével, Isaiah Berlín y Karl Popper, a quienes debo mi revalorización de la cultura democrática y de las sociedades abiertas. Esos maestros fueron un ejemplo de lucidez y gallardía cuando la intelligentsia de Occidente parecía, por frivolidad u oportunismo, haber sucumbido al hechizo del socialismo soviético, o, peor todavía, al aquelarre sanguinario de la revolución cultural china

III
Detesto toda forma de nacionalismo, ideología -o, más bien, religión- provinciana, de corto vuelo, excluyente, que recorta el horizonte intelectual y disimula en su seno prejuicios étnicos y racistas, pues convierte en valor supremo, en privilegio moral y ontológico, la circunstancia fortuita del lugar de nacimiento. Junto con la religión, el nacionalismo ha sido la causa de las peores carnicerías de la historia, como las de las dos guerras mundiales y la sangría actual del Medio Oriente. Nada ha contribuido tanto como el nacionalismo a que América Latina se haya balcanizado, ensangrentado en insensatas contiendas y litigios y derrochado astronómicos recursos en comprar armas en vez de construir escuelas, bibliotecas y hospitales.
No hay que confundir el nacionalismo de orejeras y su rechazo del "otro", siempre semilla de violencia, con el patriotismo, sentimiento sano y generoso, de amor a la tierra donde uno vio la luz, donde vivieron sus ancestros y se forjaron los primeros sueños, paisaje familiar de geografías, seres queridos y ocurrencias que se convierten en hitos de la memoria y escudos contra la soledad. La patria no son las banderas ni los himnos, ni los discursos apodícticos sobre los héroes emblemáticos, sino un puñado de lugares y personas que pueblan nuestros recuerdos y los tiñen de melancolía, la sensación cálida de que, no importa donde estemos, existe un hogar al que podemos volver.

IV
…Patricia, la prima de naricita respingada y carácter indomable con la que tuve la fortuna de casarme hace 45 años y que todavía soporta las manías, neurosis y rabietas que me ayudan a escribir. Sin ella mi vida se hubiera disuelto hace tiempo en un torbellino caótico y no hubieran nacido Álvaro, Gonzalo, Morgana ni los seis nietos que nos prolongan y alegran la existencia. Ella hace todo y todo lo hace bien. Resuelve los problemas, administra la economía, pone orden en el caos, mantiene a raya a los periodistas y a los intrusos, defiende mi tiempo, decide las citas y los viajes, hace y deshace las maletas, y es tan generosa que, hasta cuando cree que me riñe, me hace el mejor de los elogios: 'Mario, para lo único que tú sirves es para escribir".

V
De la caverna al rascacielos, del garrote a las armas de destrucción masiva, de la vida tautológica de la tribu a la era de la globalización, las ficciones de la literatura han multiplicado las experiencias humanas, impidiendo que hombres y mujeres sucumbamos al letargo, al ensimismamiento, a la resignación. Nada ha sembrado tanto la inquietud, removido tanto la imaginación y los deseos, como esa vida de mentiras que añadimos a la que tenemos gracias a la literatura para protagonizar las grandes aventuras, las grandes pasiones, que la vida verdadera nunca nos dará. Las mentiras de la literatura se vuelven verdades a través de nosotros, los lectores transformados, contaminados de anhelos y, por culpa de la ficción, en permanente entredicho con la mediocre realidad. Hechicería que, al ilusionarnos con tener lo que no tenemos, ser lo que no somos, acceder a esa imposible existencia donde, como dioses paganos, nos sentimos terrenales y eternos a la vez, la literatura introduce en nuestros espíritus la inconformidad y la rebeldía, que están detrás de todas las hazañas que han contribuido a disminuir la violencia en las relaciones humanas. A disminuir la violencia, no a acabar con ella. Porque la nuestra será siempre, por fortuna, una historia inconclusa. Por eso tenemos que seguir soñando, leyendo y escribiendo, la más eficaz manera que hayamos encontrado de aliviar nuestra condición perecedera, de derrotar a la carcoma del tiempo y de convertir en posible lo imposible

Fragmentos que tomo del discurso íntegro, que recibiese a través de un correo electrónico que me enviara Camilo Venegas.

martes, 7 de diciembre de 2010

Con Reinaldo, hasta que amanezca...


El hombre que hizo de la irreverencia literatura. El que burlándose de todos y de todo, sufrió presidio, humillaciones, lo peor con tal de defender su obra, su modo de vida, incluso desde la más irreal clandestinidad, hace hoy veinte años que jugó la más terrible de sus bromas: se hizo libre en Nueva York a través del suicidio.

Sirva entonces este día para recordarle, perdonarlo si es que lo precisa. Sirva lo mismo para enlazar un artículo de José María Rondón Sevilla, que publicase EL Mundo. es, donde se comenta sobre el epistolario de Arenas con el matrimonio Camacho, y que saldrá próximamente bajo el sello de editorial sevillana Point de Lunettes.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Locomotiv y el desayuno del director...


A propósito de un post que publicase aquí, sobre un concierto que diera el grupo Locomotiv GT en Cienfuegos, mi buen amigo Ernesto Ravelo me deja este comentario que deseo compartir con todos.

Yo estaba becado, en un lugar en el medio del campo. Muchos se fugaron para ver el concierto y yo no fui la excepción. Recuerdo que un amigo mío, al que nombraban el Habanero, y yo, tomamos “prestado” un caballo de los que pertenecían a la granja y salimos al trote, con almohadas como monturas, en busca de la carretera de Arimao que estaba como a 15 KM. Nuestro objetivo era dejar al animal escondido cerca de la carretera, ir al concierto y regresar temprano en la mañana, y estar en la escuela antes que pasaran lista. Íbamos bien contentos, casi alcanzando la carretera por un lugar llano y visible, cuando descubrimos el jeep rojo donde se movía la directora con su chofer. Nos reconocieron y frenaron. Nosotros viramos a todo galope. Y Bárbara, que era su nombre, nos gritaba. -Ravelo y Guillermo, ya los reconocí. Los espero en la dirección-.Teníamos 15 años.

Al Habanero lo botaron por reincidente. A mi me dispararon tres meses sin pase y haciendo autoservicio fijo en la cocina, fregando calderos y platos. Un día, le puse al subdirector
-que era un tirano y un HP- una lagartija podrida en la leche de su desayuno, y me botaron cuando amenazaron con hacerlo con todo el grupo de autoservicio. Yo confesé.
Esta historia es tan real como la hija que tengo.

La subida incontenible

Me levanto tarde, lujo que últimamente no me doy muy a menudo, y descubro sobre la mesa una lista de pedidos que mi mujer me solicita muy amorosamente que siga al pie de la letra en mi día de descanso, en lo que ella trabaja. Me aseo, me visto un tanto invernal, disfrutando este “frío light” que me regala Miami, y me propongo cumplir muy gustosamente la encomienda que, entre otras cosas, me recuerda que debo conseguir pan cubano. Finalmente, luego de hacer todas las compras, voy a la “dulcería de la esquina”, pido un café por la ventanita en lo que preparo mi tabaco, y por supuesto, el susodicho pan que ha de tener la corteza dura. Cuando voy a pagar, la muchacha que me atiende, un tanto apenada, me asegura que faltan 25 centavos. Yo le pongo sobre la ventana la moneda y miro a través del cristal el precio del antiguo y venerado alimento. Corroboro que en a penas cuarenta y ocho horas, de 0.95 ctvos. ha subido a 1.25$. Sin decir una palabra reembolso lo adeudado y un sujeto que está cerca de mi me comenta, no sin cierta resignación. -Las cosas siguen subiendo, mi amigo. Menos el ombligo, todo va pa’rriba-. Yo, riéndome, le respondo. -Pues no esté muy seguro, mi ecobio. A lo mejor un día te levantas, vas al baño a lavarte la boca, y descubres que te has embarrado tu ombligo con pasta de dientes…

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Locomotiv o la quiebra del muro

Leyendo en Tu Miami Blog un post sobre Locomotiv GT, recuerdo un suceso, por llamarlo de algún modo, que le escuche contar en repetidas ocasiones a varios amigos y amigas que tuvieron el privilegio de gozarlo y que a punto estuvo de estremecer desde su cimientos a mi querida villa Fernandina de Jagua por lo escandaloso, dejando en claro asimismo lo poco que se había conseguido hasta ese momento en la materialización del tan cacareado “hombre nuevo”. Y si mal no recuerdo, aconteció en el primer tercio de la década de los ochenta.

El caso es que, la agrupación húngara, en una gira corta gira que hiciese por Cuba, también se presentó en el Teatro Tomás Terry. Por supuesto, el vetusto coliseo a punto estuvo de derrumbarse por la numerosa asistencia de un público joven, ávido entre otras cosas, por deleitarse en “vivo” de una música que hasta ese momento era considerada diabólica, extranjerizante, del enemigo, pero disfrutable y seguida por una inmensa mayoría. Un público que además se comportó muy lejos de la conducta que presupone debía adoptar el joven revolucionario, y pasó de todo…

Desde luego, el hecho de que los que iban a interpretar un heavy rock, lo cantasen en un idioma que es considerado uno de los mas difíciles en el mundo, muy ajeno al castizo además, y que viniesen del “campo socialista”, al parecer les daba cierta tranquilidad a las autoridades locales. Sin embargo, no contaron con el pequeño detalle de que la música, como bien asegura el post que rubrica JR, “puede llegar a ser hacha que debilite el asta”; que la impronta del rock en la Isla, con grupos como Led Zeppelin, Deep Purple, Black Sabbath, y otros más, definitivamente era en ese entonces una huella de naturaleza profunda en la estética musical de los que hoy pasan los cuarenta. Que la juventud estaba hastiada de lírica política y las melodías con sabor a himnos. Que precisaba a toda costa de una canción diferente, o al menos la libertad de elegir ritmos y géneros. Y se olvidaron por sobre todas las cosas que eran los ochenta, y aquel día, quedó probada entonces la fragilidad de una bandera que a larga, a penas si un puñado de obstinados la abrazan.

Nada, que como bien propone el post en Tu Miami…, la música de grupos como Locomotiv GT, o sus “colegas” alemanes, tal vez fueron los primeros síntomas de la fragilidad de un muro que finalmente -¡gracias a Dios!-, al menos en Europa se vino abajo.

Decisión...

Confieso que por estos días en que no podido “postear” debido a mi nuevo horario en el trabajo, que me absorbe demasiado y acaso me permite enterarme de lo que ocurre en la blogo gracias a mi teléfono, y en cortos espacios de tiempo; entregando el poco que me queda a otras prioridades, lo que por consecuencia me provoca masturbarme mentalmente, imaginando la acariciada fantasía de muchos sobre la posibilidad de que algún Miércoles o Sábado, consiga ganarme la Lotto, mandar todo al carajo y dedicar mi vida a lo que realmente me gusta - que para nada se resume en mis deseos de “bloguear” una que otra vez-, ganas no me han faltado de cerrar definitivamente este espacio. Por otra parte, la repetición de temas, o traer algunos por los pelos de manera rápida para únicamente mantener abierto el blog, reconozco que me molestan lo mismo que ver como un post se queda colgado durante una semana o más.

Claro, para nada me creo que el acto de clausura, al que ha recurrido otros y los que en contados casos lamento, venga a ser una pérdida en la red que muchos habrían de reclamarme. Cuando más, un par de buenos amigos, que por suerte tengo, me dirían que no lo hiciese. Por lo que no es este el motivo, el de defraudar a alguien en particular, el que me hace desistir de lo que a lo mejor algunos consideren debe ser lo correcto, o lo inevitable.

Mi empeño por continuar se trata más bien por mi necesidad de escribir. Se resume en mi falta de pudor, la que le asiste a todo bloguero como para atreverse a comentar, decir sobre lo que le gusta o le molesta, o simplemente le llame la atención; o como es el caso del “label de promoción a ecobios”, donde anuncio lo que hacen gentes de talento en Miami o alrededor del mundo. Por tanto y, por cuanto, continuaré con Fernandina, lo que en una frecuencia que ha de sucederse más lenta. Miércoles y Jueves serán los días en que actualice la página, el resto, depende de si queda algo como para romper la nueva regla de publicación...