miércoles, 6 de abril de 2011

Raúl Capote, de la sorpresa al no hay remedio...

Esta entrevista, que reproduje en mayo del 2010 en el blog, fue publicada en varios portales de la red un año antes de saberse por medios oficiales de La Habana que Raúl Capote es un agente de la Seguridad del Estado cubano. Sus respuestas, si bien se reducen a su "novela más controvertida", obviamente hoy, después de mostrase su verdadera identidad de "héroe", han de interpretarse como una pequeña estafa. Sin embargo, hasta que punto lo es o no, sólo Capote puede confirmarlo.

A lo mejor, los hay quienes consideren que existe un ápice de honestidad en sus palabras, cuando el hombre mostraba la piel del disidente. Otros, que fue una tomadura de pelo, una inocentada de consecuencias peligrosas sobre todo para aquellos que habitan dentro de la Isla y están expuesto al riesgo de caer en prisión como resultado de "sus informes", cuando apostaron por su "intransigencia" y apego a la democracia. Yo, por el momento, me niego a borrar el que una vez creí era su testimonio más sincero y dejo el cuestionario a consideración de los lectores de Fernandina.

Decir más, sin dudas es innecesario, amén de lo doloroso que resulta para aquél que lo asumió como un intelectual inconforme con lo que acontece en la Isla. Un amigo, de varios amigos míos, con el cual se podía soñar una Cuba diferente, plural...

Por cierto, en un articulo que publicase Armando Añel en Neo Club (para leer el texto de manera íntegra, clic AQUí), Armamdo de Armas opina en cuanto a la autenticidad "del agente" luego de un par de dudas legítimas que hacen del "espía" un caso peculiar.

Las palabras que siguen en cursiva, son las que consideré en su momento, debían prologar el post.


De Raúl Capote, a quien no cocnozco personalmente, supe por referencia hace ya mucho tiempo a través de buenos amigos, cuando aún yo vivía en Cienfuegos. Luego, colaboramos juntos desde la distancia cuando ambos trabajábamos para un diario digital de Miami. Habanero enamorado de Cienfuegos, escritor, desde dentro se atreve a llamar las cosas por su nombre, escribirlas, lo cual le cuesta entre otras cosas, sufrir el peso de la censura...

A continuación la entrevista que le hiciese Armando de Armas para Martí Noticias
.

El escritor Raúl Antonio Capote nació en La Habana en 1961, donde aún vive, y ha publicado entre otros títulos: Para divagar mientras llueve, cuentos (Editorial Mecenas, Cienfuegos); El Caballero Ilustrado, novela (Editorial Letras Cubanas, La Habana) y El Adversario, novela (Editorial Plaza Mayor, Puerto Rico).

Ambas novelas se encuentran censuradas en Cuba por el comisariado cultural de la isla, así como el libro de cuentos Juego de Iluminaciones que obtuvo el Premio Calendario, en 1996.

Ha sido seleccionado para integrar varias antologías del cuento y tiene inéditos una novela, Kamikaze, un libro de cuentos, Happenin, y un ensayo, Historia de la Democracia en Cuba. Ha sido jurado de concursos literarios de prestigio, ganado dentro de la isla por su carácter independiente del oficialismo, como el Concurso Ernest Hemingway, 2001, Ciudad de la Habana; el Concurso Literario de la Revista Vitral del Centro Cívico y Religioso de Pinar del Río, 2003, 2004, 2005, 2006; y el Concurso El Heraldo, convocado por las Bibliotecas Independientes, 2004, Ciudad de La Habana.

Con motivo de El Adversario, obra devenida en una especie de metáfora del mal y, quizá por ello, en un fenómeno de éxito en el negociado de la literatura clandestina dentro de Cuba, Armando de Armas entrevista a Raúl Antonio Capote, quien contesta desde La Habana.

MN. ¿Quién o qué es Kundry más allá de un personaje muy bien construido no sólo en la carpintería literaria, sino en la otra, en la carpintería real (dentro de la ficción de la obra) donde se hace el ente?

RC. Kundry es encarnación de muchas cosas, es Astarté, es Ochún, es Innina, es Venus, es Afrodita, es la hechicera Kundry del Parsifal de Wagner, es también la Rea Cibeles del culto frigio, es la Safo que toca la Magadis. Es la cubana en su lucha diaria para sobrevivir, es una y todas las mujeres del mundo y todo lo que ustedes quieran agregar.

MN. En El Adversario se maneja de una manera eficaz esa inquietante dicotomía denominada Bien y Mal. Algo que se aprecia en el pensamiento de los gnósticos, así como en el Libro de Job, el Fausto de Goethe, la obra de Carlos Gustavo Jung y, me atrevería a asegurar, en toda la gran literatura de Occidente. ¿Llega a esa eficacia mediante la lectura de esas fuentes, mediante la intuición, o mediante ambas vías?

RC. Esta novela nació de muchas lecturas previas, no fue poco lo que investigué para hacerla, es heredera, modesta claro, de esa gran literatura de occidente, es fruto de mis creencias y convicciones filosóficas y religiosas.

Te puedo enumerar algunos textos que consulté, por ejemplo, El Grimorio de Honorio, Ángeles y Genios de la Astrología Caldea, La Entrada abierta del Palacio cerrado del Rey de Ireneo Filateleo, el Mutus Liber y una decena más de tratados y escritos de demonología, brujería, alquimia, magia etc. Pero sobre todo consulté en el terreno a muchos brujos cubanos, santeros, babalaos, espiritistas, rosacruces, miembros de sectas Satánicas, gitanas, astrólogos, cartománticas etc. y me inspiré en la espiritualidad cubana, esa manera de vivir la religiosidad que tenemos. El cubano puede ser católico, espiritista, santero, palero, masón, rosacruz, teósofo, abacuá y evangélico todo al mismo tiempo, ese espíritu que tenemos para darle entrada a cualquier dios, ángel o demonio, venga de donde venga.

Hay un libro que influyó mucho El Maestro y Margarita de Mijail Bulgakov. Otros: Holderlin (La lucha contra el Demonio) de Stefan Zweig, Satán en los suburbios de Bertrand Russell, el poema de Baudelaire La letanías de Satán, mucho de Nietzsche, las teorías sobre el Eterno retorno. El Paraíso perdido de John Milton, El Diablo de Papini, El Estado y la Revolución de Lenin. Etc.

MN. El Adversario es, quizá más que nada, una novela sobre el desencadenamiento de las furias y el caos por acción de las fuerzas del inframundo. ¿Cómo pudo sortear el terreno minado que presupone para un escritor abordar el tema del mal como un absoluto?

RC. Irme por esa vía era lo más fácil pero yo quería hacerle un homenaje a La Habana y su gente, a ese ser especial que es el habanero, suma de orientales, pinareños, matanceros, villareños, ese ajiaco nacional que es el habanero, sufrido, luchador, alegre, espontáneo, sumido en el caos de una ciudad en lucha perenne con los demonios, poseído él mismo muchas veces por íncubos y súcubos, tentado por cientos de furias, viviendo una ciudad que se hunde y renace una y otra vez del inframundo y nunca se sabe si la próxima vez que se sumerja será la última. Quise rendirles homenaje a esos hombres y mujeres que se burlan todos los días del Demonio y a la vez le sirven y se sirven de él. Quise rendirle tributo Al Caballero de París, a la Condesa, a Abrecaminosespantamuertos, a mi socio el Guajiro Rey de los Taxis, al negro Findesiglo, a las vendedoras de la calle Galiano, a las mujeres de Monte y Cienfuegos, a los pescadores del Malecón, a los noctámbulos, a los habaneros de a pie, a los curdas de tanta barra y tanto mal alcohol, a mi amigo Ernesto maestro de permutas y cambalaches.

Quise reírme de la seriedad, de la intolerancia, del aburrimiento, de la mojigatería, de la podredumbre, de todo lo uniforme, de la monotonía, de la crueldad, de la estupidez. Quise reírme del poder como se ríe toda esa gente.

MN. ¿Cómo es la vida diaria de Raúl Antonio Capote?

RC. Es una vida dura, tienes que hacer un acopio muy grande de valor y fe para seguir día a día. No tengo esperanzas de publicar nada, así que tengo todo el tiempo para escribir, sin presión editorial, ni guiños del mercado. Mi primera novela El Caballero Ilustrado fue censurada, la segunda El Adversario igual, ni siquiera la han podido entrar al país. No tengo trabajo, pues tuve que dejar mi labor en la Universidad donde era profesor después de haber publicado El Adversario con la editorial Plaza Mayor y haber leído una carta de Luis Manuel García en la Feria de la Habana del 2004, donde planteaba las razones por las que no se encontraba en la Feria en la presentación de uno de sus libros publicado por Plaza Mayor.

Mi libro de cuentos que fuera premiado en el concurso Calendario, está también sujeto a censura, así que como podrás ver estoy condenado al silencio. Me satisface una cosa, tengo una compensación muy grande, mis libros pasan de mano en mano, en copias hechas en computadora, estilo Samizdat y así resulta que mucha gente lee mis libros y me conoce como autor, tengo un público sobre todo joven, estudiantes universitarios la mayoría, que persigue mis libros, eso sin promoción de ningún tipo, porque nadie escribe sobre mi, Amir Valle, Alberto Garrandez y Víctor Fowler han sido la excepción de la regla al mencionarme en alguno de sus artículos y libros y les estoy muy agradecido.

Por otro lado, no soy de los que se andan quejando, ni de los que piden perdón por respirar, sencillamente escribo, uso esa arma que Dios me dio, escribo y lucho. ¿Has leído a Ayn Rand?

Ayn Rand