martes, 18 de octubre de 2011

Un adios para David...

La noticia me ha tomado por sorpresa. Descubro en el blog de Zoé Valdés que el poeta y escritor -camagüeyano para más señas- David Lago, quien vivía en España -en esa España que él mismo confesara más de una vez, no iba a dejar aunque lo intentaran seducir con el más idílicos de los regresos a una Isla que lo hirió hasta el cansancio-, ha fallecido en un hospital de Madrid.

La noticia me entristece. Aunque jamás lo conocí personalmente, si tuve la suerte de que visitara en varias oportunidades a Fernandina de Jagua, y además dejara uno que otro comentario, algunos de ellos que me sirvieron luego para polemizar dentro del respeto que se le debe a un hombre que creía en su verdad, en la de todos.

Sirva este post como un homenaje a su memoria, a su prosa y verso. Letra irreverente, cortante para quien mereciera de su mano el ejercicio de un verbo que no sabía callarse cuando de defender a lo justo se trata; y cálida para sus amigos, comprometida además.

Sirva también este enlace para reproducir su poema, que desde un inicio del proyecto, está en las páginas de “Los versos que me cuadran en la diáspora…”