jueves, 30 de junio de 2011

Thank you, Bono

Nunca fueron muchos los artistas -todavía no son hoy los suficientes- que se atrevieron. Unos, porque les importa bien poco. Otros, porque aún compran el sueño que le vendieron al mundo durante tanto y dan por cierta la "utopía". Pero el caso es que Bono, cantante de U2, marcó la diferencia y habló claro en medio del concierto; pidió a todos que levantaran sus manos en solidaridad con Oscar Elías Biscet, y proclamó que one day soon Cuba will be free. Thank you Bono…

miércoles, 29 de junio de 2011

Before, after...

El before y el after, términos muy común en Miami, sobre todo al momento de promocionar las cirugías que algunas jóvenes o señoras se someten para mejorar su estética. El antes y un después, la comparación que se hace para subrayar el cambio favorable, casi siempre mejor en el “después…”

Sin embargo, La Habana es una señora que no aplica a la regla. La involución aplasta y toda su fuerza se traducen en ruinas y oscuridad. El videotur de la calle 23, allá por los años cincuenta, en la barriada del Vedado, lo demuestra…

Yo discrepo, maestro...


El vino, de plátano; y si sale agrio, ¡es nuestro vino!

Don Pepe, luego de que el azar me favoreciera, la suerte me enseñara un diente, y me tomase yo una copa de Oporto Taylor -y después otra, y otra, hasta llegar al fondo-, prensado con los pies en tinas de cemento y con una fermentación parcial a 6° C; con posterior adición de alcohol para llegar a 20° C... Mi estimado Apóstol, no puedo menos que discrepar con usted y decir que al plátano lo que es del plátano, por lo que lo prefiero frito o en “fufú”.

El vino no puede agriarse, maestro - a no ser que se use para aderezar ensaladas-, si no con él se nos amarga la vida…


Aclaración para extranjeros:
el texto en cursiva, que da comienzo al post,
pertenece a José Martí.

La Habana en dos...




El antes saludable y un después enfermo. El padecimiento cruel por pertenecer a un sitio que va contra toda lógica sajona. La primera imagen es de La Habana en los años cincuenta (foto que tomo del blog Desde La Habana , que le da soporte a un post sobre la nueva fiebre del oro en la capital criolla); la segunda, la pego al azar de la red, de la misma calle, cincuenta años más tarde. La famosa San Rafael, la que luego convirtieron en un boulevard (más bien una calle peatonal), y que grafica la lamentable realidad de una nación, y de un emporio en específico, que un día muy lejano ya fue referencia de lugar hermoso y próspero…

El antes como sueño; la utopia que resulta prácticamente inalcanzable. El hoy, una pesadilla que se pretende olvidar y no se consigue, sino que se afianza con toda su grisura y pestilencia. La ciudad que soporta y sufre, no se sabe hasta cuándo...

domingo, 26 de junio de 2011

El duende va a robarte para hacer de ti un cuento...



Por Joaquín Gálvez

Denis Fortún Bouzo es uno de esos escritores cuya imaginación desbordante lo convierte en un personaje salido de una obra de ficción, infiltrado, para bien o para mal, en el mundo de la realidad. Es así que, como el maldito duende al bosque, el narrador regresa a su hábitat fabulador llevándose consigo a uno de los mortales, para exaltarlo mientras se mofa de él. Sus cuentos parten de una realidad inmediata que se transfigura, hasta lograr que el lector más avispado pase de un estado dubitativo a uno de credibilidad (y viceversa) en esa frontera que divide a la ficción de la realidad; acaso con la intención de incorporarlo a sus cuentos y convertirlo en su última víctima. Quien comparta una conversación con Fortún, sobre todo esas que tienen lugar en festividades de amigos, puede quedar atrapado en uno de sus cuentos, bajo el auspicio de su lenguaje choteador, que no repara en llegar a los bordes de lo mordaz y burlesco. Muestra de esto lo constituye el libro de cuentos El libro de los Cocozapatos, que acaba de publicar la Editorial Silueta, dirigida por el también escritor Rodolfo Martínez Sotomayor, y que se presentará el 8 de Julio en La Otra Esquina de las Palabras, en el Café Demetrio. A raíz de este acontecimiento editorial, Denis Fortún tuvo la amabilidad de concedernos esta entrevista.


JG. ¿Por qué el título El libro de los Cocozapatos?

DF.Te confieso que no estoy conforme con el título. Si bien es el que le corresponde al cuento de los zapatos cocodrilos, en general no me agrada para la portada, y todavía hoy, luego de impreso el libro, cuando ya no hay remedio, pienso en otros. Sin embargo, si soy honesto, es ese el que ha de llevar y también mis razones tengo. Primero, que la historia de Los Cocozapatos es donde descansan los demás relatos, la columna vertebral, por llamarlo de algún modo. Sin Cocozapatos, ten por seguro que no habría libro. Segundo, gracias a este título, a partir de una foto que Delio Regueral le tomase a Armando de Armas, quien tan gentilmente “sirvió de modelo”, Omar Santana hizo una ilustración que considero es el mérito mayor del proyecto. Omar, quien es un maestro, se ofreció a realizar una estampa de la que me siento extremadamente agradecido y contento. Un trabajo que con la sola imagen dice de que trata la historia y a su vez no la cuenta. Induce, provoca, sugiere. Luego entonces, por esas razones y además por la convicción de Eva y Rodolfo, los editores, de que éste y no otro ha de ser el nombre -a pesar de unos pocos detractores y hasta de intelectuales importantes que se mostraron renuentes a comentar sobre el libro por llamarse así- es que finalmente decidí titularlo El Libro de Los Cocozapatos.

JG. ¿Cuál es la temática que abordan los cuentos de este libro? ¿Lo consideras un libro humorístico?

DF. La temática es variada. Un juego constante, irreverente en algunas ocasiones, pero asimismo una suerte de homenaje a los grandes que me inspiraron. Hay algunas apropiaciones que disfrute mucho adulterando las historias que me sirvieron de “material”; o en otros casos, valiéndome de personajes como la Sra. Hirsch, del cuento “Los asesinos”, de Hemingway. Pero en general, fantásticas utopías que tomo de la realidad criolla y universal, a veces tristes, que en medio del papel y la letra impresa se convierten en sucesos posibles.

En cuanto al humor, es más la burla un tanto refinada, el irrespeto, la nueva versión, mi versión, de un hecho o una literatura que gusto en desvirtuar; o en otros casos, como el cuento “Deseos”, donde disfrazo con sarcasmo la frustración que me provoca mi propia miseria y que visto de esa manera a lo mejor la ironía invita a la risa. Eso si, en este caso, una risa que bien pude anteceder a una lágrima. Algo que después le imprime esa onda paródica de la que hace referencia mi buen amigo Añel en la nota de contraportada. Ahora, libro humorístico como tal, no lo es a pesar de que te rías.

JG. ¿Crees que el choteo y otros aspectos de lo vernáculo cubano no están reñido con una obra literaria que trascienda los lindes de la insularidad?

DF. El choteo, lo vernáculo, al menos dentro del drama cubano, es pan diario sin importar orillas. Y esa peculiaridad bien que sirve para trascender los lindes de esa insularidad. Sin que se caiga en el panfleto, la apología o lo escatológico, la burla de ese drama sirve lo mismo para denunciar, e igual para hacer buena literatura. No creo entonces en una supuesta enemistad entre la parodia y la trascendencia de una obra literaria. Todo depende más bien del talento, de la garra y el oficio de quien la escriba.

JG. Algunos titulares anuncian que es el libro más esperado del año ¿Crees que esto se debe a la demora de su publicación, o a los pasajes burlescos en los que aludes a varios amigos tuyos?

DF. Esos titulares parten de buenos amigos, como Ernesto G -muy jodedores, por cierto- . Amigos de los que me siento cómplice absoluto en la broma y a los que les agradezco enormemente su esfuerzo para promover la presentación. Amigos que quizás el entusiasmo los ha atrapado por el tiempo que se demoró en salir Los Cocozapatos, y que algunos, como me han servido cual suerte de cantera literaria, pues ya están ansiosos porque de una vez se publique el susodicho cuaderno. Fueron prácticamente dos años desde que Rodolfo y yo concertamos su publicación, hasta que sale finalmente. Y todo por mi culpa, aclaro. Que los editores han sido siempre muy pacientes y gentiles conmigo. Y reitero, agradezco esos titulares, son de buena fe. Y doy gracias lo mismo por la suerte de tener amigos así, entusiastas.

JG. ¿Cuáles son las influencias literarias de El libro de los Cocozapatos? Tratándose de una personalidad tan criolla como la tuya, ¿pueden los chistes de Álvarez Guedes y los de la tradición oral cubana, como los de “Pepito“, ser ingredientes capaces de enriquecer tu obra?

DF. Álvarez Guedes y Pepito -este último un muchachito precoz hijo de la gran puta y del imaginario popular cubano- son mis héroes. Los únicos que le han dicho lo que le tienen que decir, y con una sabrosura increíble, llenos de felicidad y risa aún cuando se burlen de nuestras miserias, a aquellos que durante tanto años han invitado únicamente al sacrificio y al llanto. Como cubano, no escapo a ninguna de las dos influencias al momento de hacer un chiste, de ese humor que corroe. Sobre todo Álvarez Guedes, a quien considero un maestro en el género, lo que bien puede enriquecer no sólo mi obra, sino la de cualquier cubano que escriba con pretensiones más elevadas que la de guardar en una gaveta lo escrito, lo que tuve que hacer yo por años, y sudando ese humor peculiar que descubre quien lee mis historias.

Sin embargo, en este libro no es esa precisamente la fuente inspiradora o la herramienta a mano. Las influencias están determinadas por los grandes que he ido leyendo desde que aprendí a leer siendo niño, hasta que después, ya viejo, cuando decidí que escribir me era tan importante como comer o beber y amar a mi mujer. Ellos me me marcaron definitivamente, transmitiéndome ese virus incurable que se llama pasión por la escritura.

Nombres que fui descubriendo y que me tatuaron su letra “encima de mi pellejo literario”, que me contagiaron, como J. H. Rosny,Verne, Bulgakov, Faulkner, Saramago, Rulfo, Borges, Kafka; qué se yo, hasta Martí; o más contemporáneos, como Arenas, Vargas Llosa, Cortazar, García Márquez -cuando lo filtro y me quedo nada más con el escritor magistral que es-; o el mismo Armando De Armas, a quien le debo mucho en este oficio y al que le disparé mi primer cuento una madrugada en La Habana, hace ya más de veinte años, y que me respondió muy circunspecto, “asere, deja eso pa’ mañana que ahora ni al mismísimo Mario Vargas Llosa le aguanto yo una historia”; o tú, por ejemplo, que junto a De Armas, les debo algo -y no poco-, para que estas historias hoy sean posibles. Es que la lista es inmensa, mi ecobio. Los deudores serán siempre una retahíla enorme.

JG. El 8 de julio será el lanzamiento del libro en La Otra Esquina de las Palabras ¿Qué esperas del mismo?

DF. Hablar por los demás es arriesgado. Lo que yo espero al menos, lo que quisiera, es que fuera mucha gente y vender todos los libros que se puedan. Luego invitar a mis amigos a una botella de vino, que le voy a pagar a Demetrio personalmente por si acaso (y fíjate que digo solo una, que no hay que exagerar; bueno, va y a lo mejor hasta compro un entremés de jamón y queso, todo depende de cuantos libros se vendan). Que toda esa gente de que te hablo la pase bien, y que hasta Demetrio le de por ofrecer un descuento. Y que al audio no me juegue una mala pasada, a tal punto que alguien se levante cabrón de una silla y diga que no se oye, y luego se vaya pal carajo…

JG. ¿Cómo te gustaría que en 15 años el lector recordara este libro? ¿O sólo basta con escribir y publicar por el mero placer de los 15 minutos de fama que mencionaba Andy Warhol?

DF. Las dos cosas... Los quince minutos de fama de Warhol se traduce en ese orgasmo merecido luego del esfuerzo por crear una obra y en el caso de la literatura, después del acto, publicar lo escrito en un libro y presentarlo. Y que se recuerde quince años más tarde, es la confirmación de que lo hiciste bien. Al final el tiempo es el mejor jurado. Si perdura lo que has hecho, entonces no fue del todo mal. Claro que me gustaría las dos variantes. Pero eso ya no depende de mi. Quien tiene que defenderse ahora por si mismo; quien ha de luchar ambos espacios temporales, es el libro, no yo. El ya no me pertenece.

JG. Para terminar, háblanos de tus planes futuros como escritor.

DF. Comprar un condominio y rentar sus apartamentos a buen precio para dedicarme únicamente a escribir. Disculpa, no pude resistir la tentación de bromear un tanto. No, serio. Planes para el futuro como escritor, no son ambiciosos: escribir y publicar a la medida que pueda y con quien esté dispuesto a apostar por mí. Y por supuesto, que la musa o inspiración no me falte para contar historias que la gente desee leer…

martes, 21 de junio de 2011

Una historia de Miachael Sixto para compartir

Por Michael Sixto

Hoy escribí un cuento sobre un hombre solo, después besé a mi esposa. Llovió mucho en la tarde y recordé mis años de la secundaria. Mi amigo publicó un libro sobre unos horribles zapatos con dientes de cocodrilo. Me comí una manzana, regué las plantas. Disfruté el silencio de la casa vacía mientras el olor a tierra mojada se colaba por la ventana. Hoy descubrí que hay muchos que sueñan todavía, que ríen en silencio recordando lugares en los que nunca han estado. Hoy descubrí que está bien tener miedo, rabia, pesar en la mirada. Hoy escribí un cuento. Mi personaje era tímido, talentoso pero tímido. Hay quienes se juntan a juzgar a otros. Hay quien ansía ser juzgado. Ya pronto pasaré los treinta, mi personaje del cuento también. Quizás salgamos de pesca el domingo. Nunca he pescado nada, quisiera saber qué se siente, dicen que es relajante sentarse frente al agua. Mi personaje está solo en el mundo. Se sienta en el asiento trasero del metro e imagina cómo sería si él fuera una de esas personas que contempla. Mi personaje is kind of cute, pero no pretende usar su físico para llamar la atención. Afuera ha dejado de llover, el olor a tierra mojada se hace irresistiblemente tentador. Me pasa la vida frente a los ojos y quisiera que mi esposa pudiera estar ahí. Ella se repite en la mayoría de los cuadros. Me gustaría que pudiéramos sentarnos juntos a contemplarnos. El personaje de mi cuento sigue solo, me da pena por él. No hay nada que pueda hacer. Esta historia no es para él o para mi amigo el escritor o para esos que sueñan todavía. Esta historia no es para los que juzgan o desean ser juzgados; tampoco para los que van de pesca a relajarse los domingos. Esta historia es para mi esposa con la cual no me he casado. El olor a tierra mojada es algo que quiero compartir… definitivamente, con ella.


Texto que tomo de KontARTE
foto: la musa inspiradora de Michael Sixto,
su esposa Zahylis Ferro

sábado, 18 de junio de 2011

Los Cocozapatos...



Video cortesía de Ernesto G.

El "tigre primero", sin dudas se equivoca

El presidente dominicano Leonel Fernández asegura que la República de Cuba va moviéndose de manera lenta. Y lleva razón, lo que a su vez, contradictoriamente, no es tanto; que así son las cosas cuando uno se atreve a opinar sobre el "verde caimán". Porque lo que resulta increíble es que después de 1959, nunca antes la Isla se movió más rápido.

Luego agrega el presidente de "Quisqueya la Bella" que los cambios actuales están “bien pensados y consolidados”. Pero en este otro punto, es donde no coincido con el máximo "tigre".

Si un movimiento está ausente de todo cálculo y muy distante de consolidarse, es precisamente la pantomima de los “cambios” implementados “por la nueva dirección” de la Isla. Cuanto se ha practicado, bien poco además, se hace para sobrevivir dentro del marco de la inmediatez. Ninguna de las “medidas” tomadas por el gobierno criollo cuentan con el aval del largo plazo. Y la improvisación, una suerte de deporte nacional desde las más altas esferas hasta el estrato más humilde, ha sido la marca registrada de un proceso que durante cincuenta años se ha caracterizado por su pendular comportamiento. Un bandazo tras otro, siempre muy lejos del centro, de lo que más conviene a la mayoría. Signado también por la intolerancia, el miedo a un cambio que luego no pueda atajarse.

Nada, me parece que Don Leonel, a pesar de ser dominicano, una raza y cultura que en la historia de Cuba cuenta con un lugar privilegiado desde el mismo día que un adelantado gritó tierra con la idea de una buena recompensa -nacionalidad muy similar al cubano del oriente criollo-, no conoce a profundidad la naturaleza nuestra; es decir, la de ellos…

¡Ya...!

Judy blue eyes, when I was young era un diversionista...

Mejor el amor que la guerra

La foto que tomase Rich Lam me remite al cine inglés de corte orwelliano; filmes como V for Vendetta o 1984. Parece lo mismo un promo de cualquier realización de Spielberg o de los hermanos Scott. También me sugiere un disturbio donde miles de jóvenes luchan por reivindicaciones sociales, o para derrocar a un dictador. En fin, que la extraordinaria imagen por si sola nos invita a innumerables versiones.



Sin embargo, la historia es simple. Se trata de una pareja que se vio envuelta en una enorme trifulca en la ciudad de Vancouver, Canadá; por cierto, un país tan sosegado y sweet, donde creo que no hay mucho que reivindicar, gracias a Dios.

Son el australiano Scott Jones y su novia Alexandra Thomas. La pareja fue a ver un partido de hockey sobre hielo. La final de la liga profesional, a celebrase en Vancouver, Canadá (repito, un país tan sosegado y sweet), donde jugaban los Canuckus (equipo local) y los Bruins de Boston.

Pues bien, después de derrotado el team de casa, los canadienses de Vancouver (que no tengo la menor idea del gentilicio a usarse con los que nacen en esa urbe) se pusieron bravitos, muy bravitos, y la cosa derivó en una baraúnda de gran envergadura.

Cuenta el padre de Jones, que su hijo al ver a su novia en el piso, la que fue golpeada por un policía con su escudo, este se agachó con la intención de reconfortarla. Y que mejor que un beso para calmar a una chica herida, no tanto físicamente, si no más bien en su fuero interno.

Lo curioso es que en Yahoo, web donde ha sido publicada la noticia, hay varios comentaristas asegurando que se trata de pura pose para favorecer a fotógrafos y periódicos; que la cosa fue preparada.

No, si te digo que hay cada imbéciles descreídos…

viernes, 17 de junio de 2011

Los bebés de Camille

Camille Allen, ella hace bebés. Sin embargo, lo que diferencia a esta mujer del resto, es que se tratan de miniaturas esculpidas a partir de una mezcla con pasta de almendras y claras de huevos. Con un realismo fuera de toda duda, Camille concibe sus niños con inusual belleza. Detalles sorprendentes que le dan un soplo de vida a sus crios, que duermen aparentemente. Hermoso...





Medio siglo al servicio...

El próximo 22 de agosto la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) cumple cincuenta años de fundada, desde que Nicolás Guillen así lo hiciese, según cuenta la leyenda.

Y me pregunto, ¿puede decirse que la UNEAC ha tenido un saldo favorable para la cultura criolla? Esta retórica consulta, si se le practica a un miembro de la dirección nacional, o a un alto funcionario, la respuesta es evidente

-¡Si!- va a gritar con mucho orgullo y luego realizará una extensa exposición -con cierto dejo cantinflesco, muy usual en este tipo de coloquio- que le va a servir para corroborar el susodicho si. Concluyendo además que la organización cuenta con Estatus Consultivo II en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (ECOSOC, en sus siglas en inglés), con personalidad jurídica propia y plena capacidad legal, que agrupa en su seno, con carácter voluntario y siguiendo el principio de selectividad, (sobre la base de su currículum artístico) a los escritores y artistas cubanos.


Lógicamente, es de suponer que durante tanto, algo bueno ha de haber hecho la UNEAC, donde aún tengo amigos que apuestan por ella. No por gusto entre sus figuras más importantes, incluso rectoras del gremio, se encuentran Alejo Carpentier, José Lezama Lima y René Portocarrero. Sin margen a dudas, tres grandes de la cultura criolla.

Debe ser por eso que muchos intelectuales y artistas cubanos exiliados reconocen con orgullo su membresía, lo que hacen saber en cuanto extensos vitae preparan -si existen premios mejor-. Y hasta los hay quienes aún pagan su cuotas, sin importar cuan lejos están.

Yo no dudo que la UNEAC haya sido una entidad conveniente para muchos. Únicamente me asalta una pequeña duda ¿Será que, cuando el poeta excepcional que fue Nicolás Guillén aceptó ser su primer presidente, lo hizo tal vez un poco lejos de la auténtica manifestación de su libre albedrío; de cualquier espontaneidad que nos hiciese creer, fue un proyecto emprendido por gentes sensibles y dispuestas a salvaguardar la cultura cubana?

No, lo digo, como esa cultura fue secuestrada desde el día que alguien aclaró, dentro del redil todo; fuera, te la corto….

No, hallo que el maestro de la jitanjáfora, en todo caso recibía ordenes de presidir una sociedad, la cual, en sus estatutos, de los primeros, subraya de manera clara y sin margen a dudas que rechaza y combatirá con todas sus fuerzas cualquier actividad contraria a los principios de la Revolución. Incluso, aún si esa actividad estuviese dentro del vasto imperio que representa a las artes.

Lo que ya se traduce como una estafa a todo intento de credibilidad. El arte no soporta mordaza. La literatura censurada -parafraseando a Apollinaire- es sólo buena para los periódicos. Luego entonces, las celebraciones pueden compararse a las de tantas organizaciones de masas que por estos días cumplen aniversarios cerrados al servicio de un propósito que, en el caso particular de los artista y escritores, viene utilizándolos desde hace cincuenta años, pero jamás con una gota de confianza.

La eterna diferencia (¿quién lo pasa mejor?)

Siempre escuché decir que hay dos tipos de vida: una buena, que es bien cara, donde el placer no tiene límites; y una barata, que definitivamente es una mierda. Igual decían que los ricos andan serios, no se divierten, y los pobres siempre con una sonrisa en los labios. No sé, pero luego de ver estas imágenes me pregunto, ¿pa’ qué quiero reírme tanto…?





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Fotos recibidas por EMail de manos de un buen amigo

jueves, 16 de junio de 2011

Tu represión, mi represión, al parecer no es la misma…

El rotativo Granma, órgano oficial del PCC cubano, se pregunta a raíz de que el secretario de estado español de Asuntos Exteriores e Iberoamericanos, Juan Antonio Yáñez-Barnuevo, denunciara que la situación de los derechos humanos en Cuba sigue siendo "preocupante", y a penas si se producen cambios “significativos" en los últimos meses…. ¿Qué es "eso que acaece ahora con las brutales cargas de la policía española contra manifestantes 'indignados' que han salido en multitud a las calles en ciudades como Madrid y Barcelona, para protestar pacíficamente por la falta de porvenir, justicia y seguridad?" -agregando luego de su interrogante- " que como resultado de la represión, se han producido centenares de heridos".

La respuesta es simple. El vice canciller, con una honestidad no muy común en la cancillería española, reconoce tácitamente que en Cuba los indignados son un pueblo entero. Y los pocos que se atreven a salir a las calles ha dejar en claro su inconformidad con el régimen, de manera pacifica, entre otras cosas por falta de porvenir, justicia y seguridad, reciben de la policía un trato peor que los "indignados" españoles. Y es que en la Isla las maneras de reprimir son bien distintas. Y además, las fuerzas que lo hacen son diversas y no se limitan únicamente a los agentes del orden. Existen una variada gama de brigadas parapoliciales que se comportan mucho más violentas.

Concluyendo que, por muy crítica que sea la situación en la Madre Patria, al menos ellos cuentan con una estructura económica y civil que los define como una sociedad civilizada donde los derechos humanos se respetan como jamás ha hecho su consentido vecino del Caribe. Incluso, a pesar de que la policia, ya sea en Madrid o Barcelona, lementablemente reparta a diestra y siniestra sus porrazos...

El salto de la confirmación


Nada que ver con El salto interior, libro de Callejas que se presentará el próximo Sábado en Delio’s. Se trata de otro. El famoso brinquito que puso al Gran Líder en una posición incomoda enfrente a miles de sus conciudadanos concentrados en La Plaza, y visto además en resto del país a través de cadena nacional de televisión.

Si una de las tantas innovaciones que practicó Roberto Robaina en su época de primer secretario de la juventud comunista fue realmente ridícula y de muy poca popularidad dentro del aparato de gobierno -la de canciller, si apenas hizo algo transcendental, como no fuese la manera de ir vestido a la ONU cual "divertido salsero" a cantar ideas que finalmente lo llevaron a desempeñarse como propietario de una paladar-, y todo por insuflarle nuevos aires a la organización que dirigía en medio de consignas tan novedosas como "súmate, pa’lante, y hasta viénete"; con un corte de cabellos donde sobraban las patillas, sin dudas que la de "el que no salte es yanqui" se lleva las palmas.

Una antológica iniciativa dentro de las innumerables propuestas para conseguir la efervescencia revolucionaria, que dejó en delicada posición a la geriátrica dirección del gobierno, que por aquel entonces sus más "jóvenes integrantes" pasaban ya la segunda mitad de su sexagenarias existencias.

Había que ver la cara de los "antiguos" en medio de tan penosa acrobacia, para demostrar cuan cubanos eran; cuanto odiaban a los vecinos del norte… Hasta que el Gran Líder miró muy serio, disgustado, a su pupilo favorito de turno y con un imperceptible gesto ordenó que se acabase la susodicha gambeta que lo ponía asimismo en una disyuntiva comprometedora, innecesaria

Nunca más a nadie se le ocurrió convocar a tan excéntrico ejercicio con la intención de demostrar cuan cubana y revolucionaria se comportaba la patria al momento de saltar. Pirueta política, que se resume en una lastimosa payasada muy digna del actual mandatario venezolano.

Sábado 18, en Delio's, El salto...

El premio


Por Denis Fortun

Me hablaba siempre del privilegio que vivíamos. De las oportunidades con que yo contaba. Que no podía ser un muchacho tan egoísta al pensar únicamente en mi propia realización. El sueño descansaba en que todos luchásemos por todos.

El día que salí rumbo a la costa, sólo escuché como el abuelo le gritaba a mi madre que ya no tenia nieto. -Su traición nos aleja irremediablemente- aseguró con dolor a su hija en lo que secaba una lágrima

Hoy, mi abuelo camina por La Habana con un mazo de cucuruchos de maní. Con la resolución además de sobrevivir al precio que sea, y con el dolor de confirmar lo que sospechaba desde hacia mucho, que su sueño se convirtió en una angustiosa pesadilla.

Hoy, me pide de todo porque nada tiene. Ni a su hija, que una vez intentó cruzar el mar porque no soportaba ya la falta de mi abrazo, de un beso en la frente, y que jamás se supo de ella.

Hoy, su vejez es el peor de los premios que le ha reservado la vida por sumarse a una lista de la que luego no tuvo el coraje para borrarse…



La foto la tomo de el Nuevo Herald.

Manuel Díaz, jubilado que vende maní y caramelos en el Parque Central,
frente al Gran Teatro de La Habana, desde hace 10 años.
Nada que ver con la historia...

¿De Esparta a Guamuhaya un solo pueblo?

Leo en Azurina, portal de la cultura cienfueguera, que el Centro Promotor del Libro Florentino Morales ha desarrollado un plan de giras para escritores dentro de la provincia.

La mayoría de los escritores invitados llevarán parte de su obra, producida por las dos editoriales más importantes actualmente en Fernandina de Jagua (Mecenas y Reina del Mar Editores) a bateyes de centrales azucareros, pre universitarios en el campo, cines, casas de culturas y de abuelos de los municipios más apartados. En fin, que los guajiros de la región van a disfrutar de los libros que sus autores han de presentarles ¡Excelente!

Las propuestas son variadas. Habrá cuadernos de poesía y décimas, esta última una estrofa que no puede faltar en zonas como la que mencionan en la página web; novela policiaca; cuentos y hasta ensayos. Claro, este ultimo genero me parece que no gozará de mucha aceptación o entendimiento, sobre todo por títulos como el que menciono a continuación: Del paraninfo troyano a Guamuhaya (editorial Mecenas), que se presentará en el Complejo Agroindustrial (CAI) 14 de julio.

¿De Esparta a Guamuhaya un solo pueblo…?

miércoles, 15 de junio de 2011

Londres y Santa Clara: dos historias...


Un clic aquí, otro allá, finalmente llego a predios de Juan sin Nada. Al principio, un espacio como tantos, donde la cubanidad, la nostalgia, se sienten desde la misma cabecera del blog. Leo por allí, por allá, reconozco followers familiares, algunos compartidos, lo mismo siguiendo a nuestros espacios que nosotros haciéndolo con los de ellos.

Concluyo entonces que se trata de una bitácora interesante, inteligente, pero decido continuar mi viaje virtual a otros sitios, y cuando pretendo salir, reparo en un post titulado Un hombre en el parque, con un texto pequeño que dice: “Se llamaba Ian Tomlinson, no Juan Wilfredo Soto García, y era, por cualquier lado que se le mire, un perdedor”.

Nada más. Bien escueta la información. Demasiada para mi gusto. Luego, abajo, descubro un link que asegura, esa información para conocerla en su totalidad hay que ampliarla. Y así lo hice, sin mucho entusiasmo, y puse el mouse encima del link, y terminé abriendo un extenso post. Al ver su tamaño, mi primera reacción fue cerrarlo. Muy largo para mi tiempo, que aunque me sobra ahora un tanto, tampoco deseo despilfárralo. Sin embargo comencé a leer el primer párrafo, y después otro, y la historia me fue atrapando.

Londres y Santa Clara no resultan ahora tan distantes. Sobre todo, por enseñarle a esos descreídos dispuesto siempre a la apología, la manera que funciona la ley en sociedades abiertas como la británica, y como no funciona en sistemas totalitarios.

Mi primera y única sugerencia, haga usted clic aquí y lea el trabajo de Juan sin Nada. Después, si lo prefiere, comente allí sobre las dos historias que va a encontrar


Foto que tomo del blog Juan sin Nada.
Manifestación en Londres, en julio del 2010,
reclamando justicia para Ian Tomlinson

Lepanto en Demetrio's, el Viernes...


El PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio
y La Otra Esquina de las Palabras
invitan a la presentación del libro:
Lepanto: la batalla inacabada
(Ediciones Dédalo, Barcelona, 2006),
del escritor español Rafael Cerrato.

La presentación estará a cargo
del escritor Armando de Armas
y la periodista Maibort Petit.

Café Demetrio
300 Alhambra Circle,
Coral Gables
305-448-4949
Viernes 17 de junio, a las 7:30 pm

Si me preguntas, V for Vendetta


Las ideas nobles retienen una fuerza incalculable. Las ideas nobles ofrecen esperanza. Por lo general, las ideas nobles desnudan a la verdad, que ha estado encubierta de falacia ¿Y la verdad? 

Existe un estado terrible de injusticia, de opresión, de intolerancia. Sí, los hay más responsables que otros. Por cierto, muchos buscan a un culpable, y para algunos, basta mirarse en el espejo más próximo.

Y sé, me dirás, soy el menos indicado para el reproche. Me hablarás lo mismo de sobradas razones con tal de mantener tu vida al amparo del inmovilsimo, sobre todo la razón más terrible: tuviste miedo. 

I know the feeling. Lo padecí tanto como tú, y muy dentro de mis huesos, el puro tuétano: en su momento, igual que tú y que muchos, fui un cobarde. Estábamos, entre otras cosas, preocupados por la precaria tranquilidad que exige la sobrevivencia: cubrir nuestras necesidades más importantes, las básicas. Nada que pudiese remover la fragilidad de los cimientos conviene, aun cuando sean cimientos prácticamente virtuales. Deplorable cinismo el que nos asiste al amparo del miedo, en medio del maleficio.

Y el poder prometió orden, convertirte en un hombre nuevo, incluso se atrevió a pesarnos a todos prósperos. Y hoy, poco importa si el poder cumple. En su arenga, su adoctrinamiento, sólo exige que te calles, que obedezcas. Déjale al poder los grandes problemas. 

Luego entonces, asumes que esa inmovilidad es tu mejor aliado. Y aunque no estás conforme, consideras qie es mejor que sea el vecino quien incomode a los mandantes; alguien dijo: el muerto que lo ponga otro, la Patria que la hagan otras manos. Ya veremos desde la inmovilidad si rinde provecho la protesta..., de otros.

¡Ah! Y evitas el enfrentamiento, pero de la misma forma pretendes un cambio; tu naturaleza es la de un ser inconforme a pesar de los temores, de tu inmovilismo. Sin embargo, no olvides que pactar sobre cambios no quiere decir mucho. Cada vez que ha habido uno significativo, ha sido para peor generalmente ¿Y el juego? ¿Cuál fue la carnada que mordimos? Ellos desde sus asambleas de poder se empeñan en recordarnos a toda hora cuan cerca estuvimos (¿y estamos?) del caos; de lo desprotegidos que viviremos si no están "ellos".

Lo retorcido es la simpleza de la ecuación: damos por cierta la infeliz sentencia, la que durante años nos ha hecho padecer como entes superiores, bendecidos. "Aseguran que el resto del mundo siempre estará peor". Al final somos privilegiados, los tenemos a ellos y a su mentira, que de tanto repetirse...

Y un día ya no aguantas tu cuerpo entumecido por ese inmovilismo, y un día te das asco. Un día rompes el espejo porque finalmente reflejas la vergüenza, que por fin llega. Un día descubres cuan feo ha sido tu rostro todo este tiempo y sales a la calle. 

Y ves a tu vecino. Y juntan las manos --qué poético, que naive--, mejor digamos se juntan los miedos, las miserias, cuál mejor complicidad que la mierda dentro de lo horrible, y ese día marchas y te percatas que ellos están aterrorizados. Se muestran ahora conciliatorios, dispuestos, y hasta arrepentidos, que muchos se desmarcan...

En fin ¿Si me preguntas por uno de mis filmes favorito? V for Vendetta ¡Adoro el final!

Cuba y la muerte del pasado. Entrevista a Ángel Velázquez Callejas

A propósito del inminente lanzamiento del libro El salto interior (Neo Club Ediciones, 2011), entrevisté en Miami al historiador y ensayista cubano Ángel Velázquez Callejas, cuyos trabajos, últimamente publicados con fruición en medios impresos y digitales, han atraído el interés y la polémica.

La cita es este sábado 18 de junio, a las siete de la noche, en Delio Photo Studio (2399 Coral Way, Coral Gables), y presentarán a Callejas los escritores cubanos Gabriel Cartaya y Ángel Lago.




La entrevista íntegra
en
Neo Club Press

La mujer del coronel en la Casa Bacardí

La mujer del coronel (Alfaguara 2011), la última novela del escritor y periodista cubano Carlos Alberto Montaner, se presenta este jueves 16 de junio, a las 18:30 h., en la Casa Bacardí del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami (ICCAS).

La Casa Bacardí está ubicada en 1531 Brescia Ave. (Coral Gables, Florida). La entrada es gratuita y Montaner firmará ejemplares de su libro.

La mujer del coronel, elaborada sobre un lenguaje diáfano –aunque no exento de elegancia y profundidad-- y una anécdota jugosa, que intercala disímiles planos secuenciales, se adentra en la vida sentimental y amorosa de Nuria, sicóloga y esposa del coronel cubano Arturo Gómez, al servicio del castrismo en Angola. Un triángulo amoroso donde el sexo y el erotismo se entrelazan en perfecta armonía, centrando ineludiblemente la atención del lector.


Nota de prensa que tomo de Neo Club Press

martes, 14 de junio de 2011

Metodología galviana para no morir en el intento...


En una época resultó una suerte de modismo del que los grandes no podían sustraerse. Cualquier escritor de prestigio, sobre todo hispanoparlante, en su momento se atrevió a dictar lo que se conociese en el mundo como decálogos o mandamientos que han de seguir al pie de la letra lo mismo poetas, novelistas, narradores cortos, si quisiesen triunfar.

Incluso hoy, adecuándose los consejos a las novedosas técnicas que enfrenta la escritura, ya los hay quienes se arriesgan a conformar el decálogo que ha de practicar un bloguero para convertirse en un successful guy blog.

Pero no voy ahora a referirme al caso de esta ultima modalidad de consejos literarios ni el soporte de marras. Sino más bien, retomo las formas antiguas que mi buen amigo Jota Gálvez reconceptualiza y que publicó hoy en su bitácora: las “instrucciones a seguir” (actualizadas como ya dije antes para el contexto actual) por un poeta que pretenda ser bueno en el oficio, y además, reconocido.

Por tanto, como imagino que deben haber algunos interesados en aprender lo que aconseja mi estimado ecobio, ahí va lo dicho.

Intrucciones para ser un buen poeta (y reconocido)
Por Joaquín Gálvez

1) Lo más elemental: escribir poemas. La calidad se consigue después; eso si, independientemente del poema.

2) Afíliese a un gremio literario -si es oficialista mejor-

3) Haga relaciones con escritores, poetas e intelectuales influyentes; pero, sobre todo, con críticos literarios y académicos.

4) Invite a a esos colegas influyentes a almozar, para que así pueda demostrarle su empatía cuando emitan sus opiniones políticas y de otra índole. Es importante que desde un principio coquetee con sus preferencias estéticas y sexuales. Hágase amigo de ellos lo más íntimamente posible.

5) Nunca diga su verdad: sólo la dicen los locos, los niños y los borrachos (no se emborrache por el momento).

6) Capte cuál es la tendencia que une al círculo literario con el que usted se codea. Déjese llevar por la misma; que su singularidad sea lo suficientemente gregaria para que goce de la aceptación del grupo.

7) Haga mucho ruido: escándalos en su vida personal relacionados con su adicción al sexo, al alcohol y las drogas, o cometa algún acto delictivo o de extrema irreverencia. Esto le creará un aura, una mística. De lo contrario, sea el acólito de algún dictador o régimen totalitario, escríbale unas cuantas loas y asegurará todo tipo de gratificación mefistofélica.

8) Afíliese también a un partido o movimiento político que esté de moda. Demuestre un activismo que le otorgue ciertas prebendas, para que así pueda viajar, conceder entrevistas, dictar conferencias y conocer a personalidades influyentes en todo el mundo, y, sobre todo, que su nombre acapare los títulares de la prensa, de tal forma que nadie dude que usted es una figura pública y, por supuesto, mediática.

9) Llegado este punto, usted está apto para participar en un concurso literario y ganar un premio importante.

10) Y ahora que usted reúne todos los requisitos que lo avalan como un poeta bueno y reconocido, lo único que tiene que hacer es seguir escribiendo más poemas; eso sí, nunca olvide que la calidad es independiente del poema, que muchos de sus admiradores, lectores y exégetas han elevado su obra a imagen y semejanza de estas instrucciones.

Eduardo Sarmiento en American Ilustration


Publica el blog La Primera Palabra, que un hijo de la villa Fernandina de Jagua (hijo también de mi buen amigo el Dr. Sarmiento), mi estimado ecobio Eduardo Sarmiento Jr., ha recibido un prestigioso reconocimiento. Dos dibujos de una serie que hiciera el talentoso muchachón para ilustrar el libro El Perro (Bluebird Editions 2011), del poeta húngaro Janos Szentmártoni, fueron seleccionados entre la mejores imágenes de este año por American Ilustration 30. Para ver la selección completa, clic aquí; o acá para muestra parcial.


Post que redacto a partir de lo publicado en La Primera Palabra.
blog de Heriberto Hernández Medina

Foto de soporte al post tomada del blog Gaspar El Lugareño,
blog de Joaquín Estrada-Montalvan

Borges y su permiso...


La anécdota era reiterativa. Incluso, llegué a pensar que se trataba de una leyenda urbana novedosa. Sin embargo, yo la disfrutaba imaginándome al bonaerense respondiéndole al criollo.

Cada vez que nos tomábamos unos tragos, lo mismo en el bar de la pizzería, o en el que está frente al Malecón, cuando conversábamos sobre poesía, de los grandes, terminábamos con Borges, sus sonetos. Los más sabrosos endecasílabos escritos para leer en castellano, concluía yo con orgullo en lo que me empujaba un trago de aquel “ron peleón” y de nuevo llenaba el vaso.

Entonces, no sé si porque, cuando uno esta borracho tiende a repetirse, pero el caso es que mi amigo comenzaba a contar por enésima vez la visita que supuestamente le hizo Fernández Retamar a Borges en Suiza.

Aseguraba éste que el presidente de Casas de las Américas se entrevistó con el ciego para pedirle permiso. Querían publicar una antología de lo más representativo del argentino -de lo mejor sin importar género- con quien el mundo intelectual ha sido lo suficiente injusto como para aún sentirse en deuda -sobre todo los rubios-, y precisaban de la aprobación del maestro.

La parte que yo más disfrutaba, era la que debió ser la respuesta de Borges. Que mi amigo recreaba, incluso con acento porteño. Según él, Jorge Francisco Isidoro, respondió al intelectual cubano.

-Si vos se atreve a publicar mi obra, cosa que dudo, ni derechos de autor les cobro. Sólo quisiera estar convencido de que lo harán, y respetando sobre todo cada punto, coma y tilde. Por cierto -dice mi amigo que concluía Borges-, ¿ya no soy considerado un enemigo?

Si sucedió o no, poco me importa. Yo, cada vez que tenia cuatro tragos arriba, disfrutaba el comportamiento monotemático de mi amigo, en cuanto a Borges, y escuchaba la historia con placer…



El
link es de un artículo que escribiese Carlos Alberto Montaner. Publicado en Neo Club Press, en homenaje al excelente escritor argentino Jorge Luis Borges, y que me hiciera recordar esta historia que cuento.

Consecuencias


Nadie esta golpeando al cíclope.
El gigante se defiende a ciegas…
Puede que sea Alguien el infeliz que paga


Denis Fortun

Modelos negras en Brasil, como aquellos angelitos buenos...


Leo en el portal del periódico Estadão. Com., de São Paulo, que miembros de la ONG EDUCAFRO protestan a la entrada del recinto donde se celebra la SPFW (São Paulo Fashion Week). El motivo de la brega es simple. No están conformes con la cantidad de negros que participan en la pasarela.

Sin embargo, el problema según el director creativo, Oskar Metsahvat, al parecer resulta más complicado resolverlo. Y bastó que Metsahvat expresase su queja para que organizaciones en Pro de la igualdad racial se manifestasen también. Pero impresiona que es por desinterés de los propios negros donde radica la dificultad de componer un casting totalmente negro. Un acto que no permite se materialice la aspiración de los “indignados”, y por tanto, lleguen a conciliarse todas las partes. Hasta el momento en que se publicara el artículo, los organizadores del evento únicamente han conseguido reclutar a diez modelos de ébano (lo que hace que el marfil sobre). Por qué tan pocos, en un país en el que abundan buenas y buenos modelos afros. No sé

Aunque la manifestación es pequeña y la página de Estadão reconoce que apenas una decena de personas se reunieron para protestar en las puertas del edificio donde se realiza la famosa e importante bienal, la bulla que hicieron fue suficiente como para que no pasaran inadvertidos. Claro, hay antecedentes que no menciona el diario virtual, y que descubrí haciendo una pesquisa sobre el asunto. No por gusto ONGs como EDUCAFRO, u otras organizaciones a favor de una integración racial plena, están a la defensiva. Han existido en anteriores desfiles expresiones de clara connotación segregacionista; lo que esquenta los ánimos.

El 2009 la estilista Gloria Coelho declaró con un tono de discriminación evidente, que si ya tenían personas de la raza negra cosiendo, con manos de oro; como asistentes; incluso en la preparación de modelos; o como dependientes en las tiendas; por haber muchos negritos y negritas buenas ayudando, ¿por qué entonces empeñarse en subir a las pasarelas a modelos negras?

Es decir, con que hubiese negros trabajando entre bambalinas en el SPFW, era suficiente. Como si se tratara de una telenovela de Globo TV, que muestra la vida de una hacienda, donde los amos son muy bueno con sus negros, pero hasta ahí.

En este tipo de evento se establece una cuota obligatoria. El diez por ciento de los modelos participantes han de ser negros. Y entre las reivindicaciones de los que protestan, una de las principales es que el número aumente a veinte. Una cifra que considero justa. Además, conseguir negros apuestos y negras hermosísimas, al menos en São Paulo, no es problema. Y me atrevo a asegurar que en todo el Brasil lo mismo. La población de ese enorme y diverso país, acorde con cifras que maneja la propia organización no gubernamental, la mitad más uno de sus habitantes son afrodescendientes; es decir, negros, mulatos y mestizos.

Ahora, lo simpático de la nota estriba en los comentarios. Un sujeto, de nombre Mitridates Dionísio, luego de reconocer la justeza de los reclamos, incluso con la propuesta de expandirlo a otros sectores de la sociedad brasileira, recomienda lo siguiente, con la sugerencia además de que su cumplimiento sea obligatorio.

Dice Dionisio: "por lo menos el 20% de hombres blancos deberían ser obligados a casarse con mujeres negras, y el 20% de mujeres blancas igual habrían de ser obligadas a casarse con hombres negros". Y finaliza este señor -que no sé si es negro, blanco, mulato o chino-, que si por él fuese, "también todos estarían obligados a tener por lo menos un 20% de amigos negros; así , le estaríamos dando el justo valor a la riqueza y hermosura de la etnia que compone a una buena parte de los nacidos en Brasil".

Curioso lo dicho por Mitridates



fotos tomadas de portales brasileiros en la Red

lunes, 13 de junio de 2011

Imágenes con imaginación



Erik Johansson: creativo y extraño
Clic en el video.

Lágrimas Heat



Sufro la inmensa pena de tu extravío.
Siento el dolor profundo de tu partida.
Y lloro sin que sepas que el llanto mío,
tiene lágrimas Heat,
tiene lágrimas Heat, como mi vida...

El traidor



Cómo podría olvidarle. Si hubiese querido; de yo no gustarle simplemente; si él hubiera pensado nada más que lo miraba con cierta irreverencia, así de simple me habría quedado allá. Confieso que al tropezármelo, primero me sorprendí y hasta dudé de que se tratara del mismo sujeto. Pero, cómo olvidar a un hijo de puta que me tuvo en vilo durante media hora la mañana más importante de mi vida hasta ese momento.

Finalmente, luego de confirmar que se trataba del tipo aquel que nos humilló a todos con su despotismo, una rabia enorme me recorrió de arriba abajo como una puñetera descarga eléctrica y tuve unos deseos enormes de golpear al hijo de puta en pleno rostro. Y por nadita pierdo la razón. Por nadita también hubiese perdido el trabajo si nada más le toco un pelo, y habría parado en la cárcel.

Ahora estaba parado enfrente de mí, con una cara de comemierda, de inocente, de pobre refugiado sumiso, como llegan todos y después de establecerse en Hialeah a los diez días se creen de nuevo guapos, y yo me pregunté cómo se las agenció para salir de su Isla y venir finalmente a Miami. Y lo peor, olvidándose como lo hacen otros miles; que antes fue el hombre que vistiendo de verde olivo insultaba a todos los que como él, en este minuto en que lo tengo delante, eran presas del miedo y la fragilidad; que lo único que pretendíamos era escapar de manera tranquila, seguros, sin termor a tiburones y lo peor; sin meternos con nadie, para vivir un poquito mejor, y sobre todo, para vivir en libertad.

Lo terrible es que no me reconoce y muy amable, muy manso, me pide que lo ayude a salir de Aduana. Y yo recuerdo aquella mañana de diciembre, cuando si apenas me miró desde encima del banco donde estaba parado gritando nuestros nombres, y tomó mi carné de identidad de un tirón y continuó rápidamente vociferando para los restantes que quedaban en la lista. Recuerdo que al subirse al susodicho banco, nos restregó en silencio a todos su desprecio (para qué palabras), y después de mantenerse callado por varios segundos, revisando los papales que aguantaba, comenzó a gritar.

-¡Voy a llamarlos uno a uno y al escuchar sus nombres levantan la mano, me dan su carné de identidad, y se ponen a este lado! El que no lo haga, no podrá entrar… ¡Y no se atrevan a interrumpirme con el cuento de que no me entienden, que me voy y se joden!”.

Con una rapidez, hallo que inusual, empezó su “performance revolucionario”. Las caras de todos, incluyendo la mía, reflejaban el horror del que teme no saber qué contestar a tiempo por la manera tan inarticulada y campesina con la que el “soldado” se desempeñaba en el uso y abuso de su lenguaje. Corríamos el riesgo de perder el dinero que nos costó a la gran mayoría “resolver” un turno para la entrevista si no llegábamos a reconocer nuestros nombres, y sin tener idea asimismo, cuándo podríamos ser citados nuevamente. Además, en el peor de los casos, algunos de los que iban por segunda vez, el riesgo de que caducara la temporalidad de sus visas literalmente colgaba como espada encima de sus cabezas.

Mientras nos mencionaba nadie se atrevía a abrir la boca y la humillación nos iba golpeando tempranito, como si los que estábamos allí reunidos se tratara de un puñado de traidores a los que van a juzgar. Al fin escuché mi nombre y alargué la mano con mi carné. Me fui entonces a la nueva fila, pegada a la reja enorme, sonriendo muy disimuladamente; hasta que por fin pude reírme casi a carcajadas. Claro, esa risa brotó cuando salí de la Oficina de Intereses con la visa acuñada en mi pasaporte.

Y ahora él aquí, con un sobre amarillo en sus manos, sujetando una radiografía de los pulmones que solicita el reglamentario proceso allá, y que a nadie le hace falta de este lado porque lo que menos importa son tus pulmones, incluso si respiras. Con sus mejores ropitas que algún primo o tio, o la propia madre, vaya a saber, le compró en VALSAN; nada que ver con aquel uniforme verde olivo de oficial del MININT. Y con su pasaporte azul con el escudo dorado, sin tener la más puta idea de cómo dirigirse a la gente que lo rodea. Con mucha cordialidad, más bien con cara de hombrecito dócil, rogando por ayuda, preferiblemente la de un hermano nacido en su misma tierra. Con su mujer y su hijo, que no paran de sonreír, embobecidos, asustados porque todo les resulta grande, nuevo. Y yo, que ya perdí las ganas de darle un piñazo al cabrón entre ceja y ceja por el mal rato que me hizo pasar esa fría mañana de diciembre en el parque de Calzada y K, hace ya siete años. Preguntándome a quién le dio su carné de identidad. Si tuvo que pararse en una fila como la mía. Si alguien lo miró de arriba abajo con desprecio y gritaba de manera que él no consiguiera entender. Si el miedo de que no lo dejaran irse lo golpeó una y otra vez.

Claro, de manera muy amable, y por supuesto con cierto cinismo,  le dije “bienvenido a tierras de libertad”. Le mostré la puerta de Aduanas. Le ayudé a ordenar los papeles que debía entregar a los oficiales que lo esperaban del otro lado…