domingo, 11 de marzo de 2012

Televisión por cable


Escuché la animada conversación prácticamente de ida. Salía del edificio donde vive mi madre y en la misma puerta dos señoras de avanzada edad hablaban sobre qué compañía brinda el servicio de televisión con más calidad, seguridad y opciones. Una de ellas, la que aparentemente le asistía la sapiencia que se arropa al amparo del rumor, aconsejaba a la otra sobre las ventajas del cable. Una amiga, que antes recibía a través de una antena parabólica, hizo el trueque y ahora veía de todo sin preocuparse de huracanes y hasta terremotos. El cable –aseguraba con esa firmeza que se asiste de la sentencia que no da para réplicas- sin duda alguna ofrece más que el satélite.

Aquella que no sabía, y lo mismo al parecer estaba deseosa de un cambio, le preguntó.

– ¿Y cuántos canales tiene tu amiga?

–¡Niña, tú no tienes ni idea! Por coger, coge hasta el Canal de Panamá...