martes, 4 de septiembre de 2012

Bollomanipulación porteña


En medio de una porfía mundial por refrendar “lo políticamente correcto”, a veces una enorme “masa aparentemente ubicada” cae en el ridículo con increíble facilidad. Un acto que sólo puede entenderse por lo que consideran “algunos miembros de esa enorme masa” como un estado sublime. Pobres “pibes”, no se dan cuenta que, de esa magnificencia que entraña lo elevado, apenas sí son milímetros por segundos los que han salvarte de fiasco.

Descubro a través del muro en FB de mi buen amigo Rafael López-Ramos una foto donde una lencería en Argentina pretende promover su producto.

Nada en contra de las promociones; lo que no se anuncia no se vende. Sin embargo, el suceso que practica Jani Pain es sumamente sacrílego, con un toque peronista quizás, y se destaca porque “estos boludos” muestran a una hermosa modelo desnuda que se transcribe a nivel de imagen como si se tratara de una mujer asexuada.

Su húmedo referente, su centro, su partida para la creación y placer -y demás adjetivos que se apliquen para recrear el genital femenino que tanto bien le ha reportado a la humanidad, y uno que otro problema lo mismo-, simplemente los “especialista en comerciales” lo cortan, así no más, como una estrategia que, según ellos, provocaría cierto morbo por “el descubrimiento”.

Es como diría Rafael en su pared: He aquí un ejemplo de lo que vengo hablando en mi obra hace un rato. No entienden que la sexualidad es sagrada. Es decir, el sexo es para gozarlo, no para inducir a la gente a comprar cosas que muchas veces no necesitan. Por eso hay tantas mentes retorcidas en este mundo, que sienten placer sexual cuando compran cualquier basura y no saben qué hacer con lo que tienen en la entrepierna.

Lo bueno viene después. El post de Rafe –al menos ayer, cuando comencé a redactar este- ha creado una masiva intransigencia. La mía incluida, donde hago patente mi ira por la castración.

Un ejercicio “de adelanto”, que grupos feministas alegan “es la utilización del cuerpo femenino como un objeto de deseo”, y donde yo subrayo: más que “utilización”, se presenta cual burda invalidez a la mujer. Una “bochomanipulación” evidente…


La foto es la que muestra Rafael López-Ramos en su muro