sábado, 16 de diciembre de 2017

En tu día mi viejo Lázaro






Hoy es víspera, es jolgorio, y a las doce de la noche será manifiesta con solemnidad nuestra adoración por tu imagen, sin que importen dualidades, sincretismo. Hoy, y digo yo que siempre, te profesamos agradecimiento, te rogamos luego, y finalmente te pedimos lo mejor: en mi caso, salud, amor, respeto, prosperidad y solvencia, para mis hijos, para los míos (ella y ellos saben quienes); para ti, que me lees. Hoy es la inmediación, al momento de escribir estas líneas, mañana 17 tu día, que igual lo son todos, y a mí en especial, mientras observo tu imagen labrada en una vela que alumbra, me provoca regocijo adorarte, San Lázaro bendito, mi Viejo bueno y milagroso, mi Babalú. Hoy me hinco de rodillas y te venero.