sábado, 14 de julio de 2018

escritura mecánica


vosotras, amigas viejas, me evocáis todas las cosas
Antonio Machado

en la cima de una loma
que dista ser un cerro de Sao Paulo 
concurre un hombre una mosca y la brisa huele a autonomía

porfiado el matamoscas
que a diario la persigue con su pala ligera y de rejillas   
no soporta el aura de firmeza en sus pequeñas alas tributando lo arcano de un zumbido
y en su retozo ¿a saber? luciendo una ronda aerodinámica y de asenso 
que solivianta al serpenteo

en la cima de una loma
impedir el vuelo de una mosca es el dilema que redunda en una excusa
es el temor a que la mosca un día habite en tu garganta
olvidas no le importa el socavón de tu boca
menos renunciar a su colina
ella intuye
tu faringe es un recurso minúsculo
difícilmente le seducen tus amígdalas
es amante de la postrimería
goza su murmullo donde no hay hedores
y no en una tos de regreso a la mugre que evalúas

mosca que abomina al silencio
mosca de naturaleza non
mosca de Rey y Rey lo mismo
desprecia al credo que predica equivalentes
torcida idolatría del Este
ese punto cardinal igualitario

en la cima de una loma
mogote de nueva geología de cara al mar y ajeno a menesteres de montañas
sin resguardos de nubes y nieve
donde asoma la vida no hay espacio para picachos y botas
y la mosca
sin otra maniobra que ofrecer cómo no sea su zigzag de independencia
aceita su acrobacia y vuela enamorada del aroma que viene de una flor que crece en la
\Hierba de Santiago
DF
Sao Paulo, Brasil
Marzo del 2011