miércoles, 29 de junio de 2011

Yo discrepo, maestro...


El vino, de plátano; y si sale agrio, ¡es nuestro vino!

Don Pepe, luego de que el azar me favoreciera, la suerte me enseñara un diente, y me tomase yo una copa de Oporto Taylor -y después otra, y otra, hasta llegar al fondo-, prensado con los pies en tinas de cemento y con una fermentación parcial a 6° C; con posterior adición de alcohol para llegar a 20° C... Mi estimado Apóstol, no puedo menos que discrepar con usted y decir que al plátano lo que es del plátano, por lo que lo prefiero frito o en “fufú”.

El vino no puede agriarse, maestro - a no ser que se use para aderezar ensaladas-, si no con él se nos amarga la vida…


Aclaración para extranjeros:
el texto en cursiva, que da comienzo al post,
pertenece a José Martí.