lunes, 7 de diciembre de 2015

Lilo Vilaplana, un soñador de pelo largo

Por Denis Fortun

Lilo Vilaplana. Laureado cineasta e incansable activista. Cubano exiliado. Un luchador perpetuo por la cultura en libertad. Desde hace poco más de un año radica en Miami, tras varios años de hacerlo en Colombia, y su obra y activismo no han resultado inadvertidos en una ciudad que crece culturalmente.
A propósito de su reciente premio Emmy por “Arrepentidos: El Infierno de Montoya”, ganadora en la categoría “Programa Prime Time de habla no inglesa”, y de su inminente participación en VISTA, el Festival del Arte y la Literatura Independiente de Miami (pre-estrenará “La casa vacía”, su nuevo cortometraje, el domingo 13 de diciembre, a las 10:00 p.m., en Aluna Art Foundation: 1393 SW 1 ST.), hicimos a Vilaplana las siguientes preguntas:

Denis Fortún. ¿Quién es Lilo Vilaplana?

Lilo Vilaplana. Un guajiro que nació en Nuevitas y decidió luchar por sus sueños. Un día alguien me bautizó por la canción de Serrat: Un soñador de pelo largo.

DF. Para todo artista la influencia es algo importante. Háblame de tus favoritos, los imprescindibles que te han marcado sobremanera al momento de realizar tu obra.

LV. Para mí lo importante es la historia que voy a contar y que el público, además de entretenerse, reflexione con el discurso dramático. Creo que la influencia está en el subconsciente y aparece sutil, nunca he premeditado parecerme a nadie. Cuento mis historias a mi manera, pero seguramente tendré, inconscientemente, el poder inspirador que emana de la obra de los grandes. Admiro a varios de estos creadores, pero el público es quien descubrirá por quién estoy influenciado.

DF. Además de cine y televisión haces cuentos, los que te han servido igualmente como materia prima para guiones. ¿Quién prevalece en Lilo, el sujeto audiovisual, el escritor, o se fusionan ambos?

LV. Lo importante es expresarme. Me gusta contar historias. Depende el medio y los recursos que tenga para hacerlo. Lo maravilloso es el hacer constante, ya sea rodando en un set de filmación, escribiendo frente a un computador o en un teatro. Lo importante es crear.

DF. Comienzas en Cuba como asistente de dirección al amparo de nombres notables y terminas dirigiendo “Dando vueltas”, programa infantil que se transmitía en vivo. Coméntame de tu experiencia en un espacio donde la creación es vigilada de muy cerca.

LV. “Dando vueltas” era un hermoso programa infantil en vivo, que escribí y dirigí durante varios años. Sutilmente desde esa tribuna me gustaba ser contestatario. Eso me costo varios regaños y “entrevistas” con la policía política donde me llevaron en varias oportunidades a una oficina secreta que tenían en el ICRT. Allí me amenazaron varias veces.

DF. Recibiste el premio Emmy por “Arrepentidos: El Infierno de Montoya”, ganadora en la categoría “Programa Prime Time de habla no inglesa”. Dime de tu primera reacción al saber la noticia. Si te habría gustado que tal reconocimiento fuese celebrado en Cuba. Y agrego otra pregunta: ¿te consideras un desterrado de la cultura cubana?

LV. He ganado premios por la serie “El Capo”, por el cortometraje “La muerte del gato”, pero la verdad aunque sabía que estaba nominado a los EMMY, ni presté atención a las premiaciones. La noticia del EMMY me sorprendió en Bogotá. Colombia siempre me trae cosas buenas, incluso en este viaje me entero precisamente allá de una noticia como esta.
Estaba reunido con varios amigos en la terraza de mi apartamento en Bogotá y me llama un amigo periodista, Yeiver Rivera, a contarme. Luego Juana María Torres, la productora de “Arrepentidos” por Nat Geo, escribe un Twiiter sobre el premio EMMY y me menciona, luego me llega correo de felicitación de Samuel Duque presidente de Fox Telecolombia… En fin, se alargo la celebración. De ahí en adelante empiezo a recibir mensajes de felicitación de varias partes del mundo.
No soy un desterrado de la cultura cubana, aunque la tiranía no me nombre en sus medios, Ellos ejercen de dueños de nuestro país, nos lo secuestraron. Y para sobrevivir hay que repetir lo que ellos dicen o te condenan al ostracismo, incluso dentro de la Isla. Cuba es el pedazo de tierra donde tendríamos que caber todos los que nacimos allí. Soy, en todo caso, un desterrado de los medios en manos de los Castro.
Soy un artista que dice lo que piensa y no se arrodilla a la dictadura de los Castro en Cuba. Estoy comprometido con mi tiempo y tengo el deber de denunciar, con mi obra, lo que pasa en mi patria. Pobres de los que, para no ser excluidos, se arrodillan o callan ante la injusticia y la impunidad con que los tiranos actúan en Cuba.

DF. Para muchos Miami se ha convirtiendo en una plaza cultural de referencia. Sin embargo, los hay menos optimistas, la ven como un espacio impertinente para aquellos artistas que pueden proporcionar riesgos y novedades conceptuales; un emporio más apegado a la banalidad y el facilismo. ¿A tu juicio, es un asunto espinoso hacer cine en Miami? ¿La ciudad te resulta irritante para el arte en general, como aseguran quienes dicen odiarla por tales miserias?

LV. La cadena Telemundo me buscó, me trajo a Miami a dirigirle un proyecto. Lo realice. Luego me he quedado para obtener la residencia y en este año he armado dos teaser para vender: Un proyecto de comedia y un docudrama. He montado diez obras en Micro Teatro Miami. Voy a empezar a montar dos nuevas obras en Micro Teatro y estoy realizando el montaje de una nueva obra para un teatro grande: “Nadie te conoce como yo”. Acabo de terminar un cortometraje: “La casa vacía”. Dicto clases en la academia Black Box de actuación de Adriana Barraza. Todo esto, más los siete meses que duró la serie “Dueños del Paraíso”, suman un año y cuatro meses. En este tiempo no he dejado de crear.
También he leído varios guiones de películas y estoy a punto de concretar realizar un largometraje. En Miami muchos debían concentrarse en hacer más cosas y reunirse menos. Hay muchos artistas creando y otra gran cantidad de gente hablando mierda. Otros se dedican a hacer la TV como si fuera receta de cocina y no se arriesgan con nuevos contenidos. Todo eso contribuye a que exista un estancamiento y el público se aburra y busque otras opciones. Por eso la internet y formas no convencionales están ganando cada día más audiencia.

DF. En la próxima edición de VISTA, evento de Arte y Literatura Independiente a celebrarse los días 10, 11,12 y 13 en Delio Photo Studio (2399 Coral Way) y Aluna Art Foundation (1393 SW 1 St.), harás el pre estreno de “La casa vacía”, tu más reciente trabajo. ¿Es básicamente una historia de amor en medio de un entorno hostil? Cuéntame cómo fue configurándose el casting, la producción, de tu rutina al momento de filmar en Miami una ficción que se desarrolla en Cuba.

LV. Es una historia larga, pero sucedió en corto tiempo. “La casa vacía” es un cortometraje que nace inspirado en el segundo cuento de mi libro Un cubano cuenta. Escribí un primer acercamiento en guión, luego se lo pasé a mi amigo Alberto Pujol y él como siempre me aportó y retocó diálogos, cambió escenas… Pero como hace tiempo no visito Cuba (19 años), aprovechando que liberan a mi amigo el escritor Ángel Santiesteban, le envío el guión y le pido que lo escriba con nosotros , que lo actualice, y nos manda una versión que yo revisé hasta lograr el texto que queríamos.
Mi amigo Manuel Pijuan Carreño me contacta para un proyecto (que no se concretó) que tenía su amigo, el productor musical José Quintana (este señor ha sido imprescindible para realizar “La casa vacía”, se echó al hombro el proyecto), que al escucharme hablar del cortometraje me explica una manera de realizarlo: Recaudando fondos a través de una fundación sin ánimo de lucro. Es cuando Idabell Rosales y Armando Añel me dicen: Te apoyamos.

De izquierda a derecha. Sentados: Aristide e Idabell Rosales. De pie: Rebeca Ulloa, Iván Picón, Lilo Vilaplana, Irasema Otero, Gilberto Reyes y Lázaro Minguez
De izquierda a derecha. Sentados: Aristide e Idabell Rosales. De pie: Rebeca Ulloa, Iván Picón, Lilo Vilaplana, Irasema Otero, Gilberto Reyes y Lázaro Minguez

El casting es básicamente con actores cubanos, es una historia de la patria, del dolor de los emigrantes, de la separación, de la ausencia de derechos, del maltrato a las damas de blanco, de cómo actúan la seguridad del estado y los esbirros de la dictadura y la ausencia de sueños en la vida del cubano de a pie. El reparto lo integran los jóvenes Roberto San Martín, Daniella Macías, Ariel Texidó, los experimentados Susana Pérez y Gilberto Reyes, y la actuación especial de Reynaldo Miravalles. Es un elenco de lujo, estoy muy contento con los resultados.
Fuimos un reducido, pero eficaz, grupo de producción y técnica y rodamos cuatro días. Busque a grandes profesionales que pudieran encargarse de varias funciones, incluso en arte un solo especialista: Pablo Abreu se encargó de la escenografía y ambientación, Olga Pinilla del vestuario y maquillaje, Alexandra Galindo fue Script y asistente de Dirección. Pijuan hizo asistencia de dirección y producción junto a mi esposa Irasema, Manuel Hernández realizó el sonido, un asistente técnico, José Ovi, fue imprescindible para todo el equipo. Recibimos la ayuda de muchas personas y lo saben, entre ellas Juan Toledo y Miguel Grillo fueron ángeles que aparecieron para que se realizara “La casa vacía”. Un amigo de mi pueblo que estudió conmigo, Carlos Yero, dueño de una agencia de viajes en Las Vegas, nos aportó el pasaje para traer a mi fotógrafo de Colombia (Carlos Andrés, “El Mono”, Hernández), con el que he trabajado los últimos diez años. El Mono hizo la maravillosa fotografía y la cámara. La post producción está en manos del colombiano Caryl Deyn (el mismo que editó “El Capo” y “La muerte del gato”) en los Ángeles. El tema musical es de Boris Larramendi y la música original de Quintana y Yordanka Acosta.
Te cuento que, para hacer el cortometraje, Pablo, Quintana y yo salimos un miércoles en la noche a buscar los muebles que botan en la pequeña Habana para ambientar las locaciones. El fotógrafo trajo una maleta llena de elementos de ambientación, que tenía guardada en Colombia desde “La muerte del gato”. Una amiga, Magaly Chait, nos donó las telas para las cortinas, Pupy nos regaló la madera y la pintura para las transformación de la casa… Muchas personas nos apoyaron y lamento no poder nombrarlos a todos. Pero otros nos dieron la espalda.
Reencontrarme con algunos amigos, algunos. Conocer nuevos amigos que me han brindado su mano generosa. Hacer Micro Teatro y este cortometraje, es de lo mejor que me ha pasado en Miami.

DF. ¿Cuándo rompes definitivamente con el régimen?

LV. Salí de Cuba en 1997, pero ya desde hacía muchos años esa relación, régimen y yo, no marchaba nada bien.

DF. ¿Hasta qué punto las frustraciones a nivel personal, y también sociales, pueden lacerar el empeño por alcanzar un cambio en Cuba, la voluntad de seguir? ¿Hasta dónde el compromiso y las fuerzas?

LV. Mientras esté la dictadura en el poder, mientras no exista democracia en la patria, seguiré con mi denuncia. Es lo que puedo hacer, contarle al mundo, sin maquillaje, la realidad de mi patria. Y dejar testimonios para cuando se acabe la tiranía, para que esta etapa terrible y absurda de adorar a unos maniacos con sed de poder no se repita.

DF. La Habana, ¿un espacio irremplazable? Bogotá, ¿qué representa?

LV. A La Habana le conozco casi todas las esquinas. Camagüey, Cuba entera está siempre en mi corazón. Colombia es mi segunda patria. Bogotá es el lugar donde me siento seguro, es la tierra donde nació mi hijo, es donde está a gusto mi familia, es estar en casa, donde tengo entrañables amigos y la empresa donde crecí: Fox Telecolombia… Bogotá es el sitio donde mejor me siento. Mi terraza, mis recuerdos, mis rincones.

DF. ¿Proyectos?

LV. Muchos. Me han ofrecido una serie en Colombia y otra en México. En Miami sigo dirigiendo Micro Teatro y también tengo una obra de teatro que estoy montando: “Nadie te conoce como yo”, que se estrena en el Miami Dade Conty el 14 de enero 2016. Tengo un tráiler de una comedia para televisión, “Pink Brothers”, y un docudrama, “Escape”, a la espera que algún canal lo compre para empezar a producirlo. Tengo un proyecto de película de República Dominicana y otros dos guiones de cine de Jorge Sotolongo y mi maestro Eduardo Macías buscando productor, por hacer en Miami. En fin, siempre estoy generando proyectos. Y abierto a nuevas ofertas y a contar historias interesantes.

DF. “Volver…” ¿Un tango que bailarías?

LV. Vuelvo sin condiciones, sin que me pongan una escopeta en la cabeza para gritar lo que otros piensan. Si fuera a bailar “Volver”, es porque lo haría en libertad de moverme a mi antojo. Donde quiera que vaya, y Cuba no es la excepción.


Entrevista publicada originalmente en Neo Club Press