lunes, 10 de diciembre de 2012

La ciudad de Miami ¿Cómo puede definirse…?


Dos artículos de Haroldo Dilla Alfonso (Un libro imprescindible sobre las magias de Miami, y Las complejidades de Miami) desatan una encendida polémica en Cubaencuentro.

Prácticamente se han articulado dos bandos en la zona de comentarios. El primero, donde están los que defiende con pasión y estadísticas favorables, en cuanto a desarrollo social y económico, a la joven ciudad que nos ha dado abrigo a muchos. El segundo, atacando el entusiasmo de aquellos, los primeros; mostrando números menos favorables -y con una suerte  de resentimiento como estandarte, ya sea abiertamente o de manera tácita-, olvidan que igual son en alguna medida hijos –no importa que se consideren putativos o adoptados- de Miami.

Por supuesto, están “los de afuera”, que arremeten desde la “trinchera”, y terminan hablando de las bondades de La Habana, y exaltan sobre todo nuestros numerosos defectos como nacionalidad y nos acusan de pertenecer a un ghetto cerrado.

No sé, los habrá quienes me tilden de loco. Sin embargo, remitiéndome a una "frase célebre" dicha por un pelotero, apesar de sus lados oscuros, que los tiene, I love Miami...