Jaú, a tres horas de la metrópolis de Sao Paulo, llegas luego de rodar una parte del Brasil profundo. Olor a cuero, en la capital del calzado de America Latina. Caminas por sus empinadas calles y la cantidad de peleterías es increíble, sobre todo las que venden zapatos de mujer; a veces le preguntaba a Rosana, en broma, si los hombres en Jaú van descalzos. Claro, también nosotros tenemos una oferta diversa, de calidad y diseños agradables. Y existen además los grandes almacenes con mercadería general.
Por supuesto, tampoco falta el excelente condumio, el gustoso piscolabis, la buena refacción, el "lonche". Una infinidad de restaurantes, cafeterías, kioskos, están para probarlo. Comida de todo tipo; diferentes sabores. Mezcla que enriquece a Brasil como a pocos. Cosmopolita, y con ese encanto peculiar que guardan los grandes emporios del interior, frontera entre lo citadino y lo rural, la ciudad con nombre de pez me gustó enormemente. ¿Opción para un retiro tranquilo? Quién sabe…
fotos: Fernandina de Jagua/Denis Fortun