Mi querido, invaden mi sacrosanto Cayo una buena cantidad de sujetos siguiendo los dictados de compatriotas míos y estoy en desventaja; tal vez tú puedas ayudarme. Por primera vez en muchos años no me acompaña mi Francisca, la que por buena fue a un nivel superior, y esta soledad que detesto, más todo lo que acontece ahora, me desconcierta de manera terrible...
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