Sin embargo, los hay igual, aquellos que no consiguen soportar más de una semana fuera de la “ciudad que progresa”, y pregonan sin pudor alguno su amor al sitio en el que más cubanos viven fuera de la Isla, dejando suelto el indomable ego que nos marca como grupo, y que hasta lo promueven en lumínicos.
Claro, una cosa es cierta, Hialeah es una ciudad singular en medio del Gran Miami-Dade, y como todo espacio polémico, sí lo mismo cuenta con detractores, también la cortejan un gran número de enamorados citadinos, y no necesariamente criollos.
Eso sí, para nada se puede decir de que se trata de un emporio aburrido; y tiene además un lenguaje muy peculiar en cuanto al manejo del bilingüismo y las imágenes, que desde luego, la distinguen del resto. Si no me cree, dese un salto Lejeune Road arriba buscando la 49 Ave. Y si se atreve a más, cómprese un carro en Gus Machado Ford…
Imágenes proporcionadas por mi amigo "El Quilla"