miércoles, 7 de abril de 2010

Juanes se mueve...



Me pregunto, ¿Saavedra se pondrá a regalar discos de Juanes en los portales del Versalles?

La irónica interrogante, me la hago luego de ver que el colombiano apoya la candidatura a favor de las Damas de Blanco para que se les conceda el Premio Nobel de la Paz. ¿A caso, al momento de visitar Cuba, Juanes no tenía noticias del enfrentamiento pacífico -hasta donde se les permite tal acto- de esta mujeres contra el gobierno, reclamando únicamente la libertad de sus esposos e hijos y, de los atropellos que han sido victimas por las turbas oficialistas?

La dinámica del razonamiento en el mundo civilizado, admite que hoy tú pienses de una manera y mañana de otra; disentir de lo que antes considerábamos correcto, es prácticamente una moda a la que no hay que temer. Pero hay que respetarse en cuanto a estas mudanzas de ideas, y además, que sean honestas y no impresionen que se hacen por conveniencia; puede que te tilden de arribista y quedas entonces en el más completo descrédito. Sin embargo, ¿cuáles son los motivos de esta camaleónica postura en el cantante? ¿Un coqueteo tardío con algún productor musical de importancia, implicado lo mismo tardíamente en la lucha por las reivindicaciones de todo tipo que precisa el cubano? ¿Solidaridad con alguno de sus compatriotas, que han declarado su apoyo al movimiento disidente? ¿Sabe algo que nosotros desconocemos?

Ojalá, la nueva posición del artista sea sincera y su giro diametral tenga que ver con la realidad que vivió en Cuba. Y ese concierto, que él aseguró a su regreso, merecía repetirse, si lo hace, que esta vez sea para que el mundo se entere que lo que acontece en la Isla no es una guerra, por lo que no hay que reclamar la paz; sino, una lucha encarnizada desde posturas civiles en contra de una dictadura que desangra a todo un país, lo priva de los más elementales derechos, y que lo han convertido en una finca, por lo que la palabra a usarse para nombrarlo sea "por la libertad" y no otra; y lo mismo, que se desmarque de artistas que sólo pretenden legitimizar lo ilegitimo; o al menos, que no resulte un acto parcializado y cohabite una verdadera pluralidad sobre el escenario.