martes, 7 de diciembre de 2010

Con Reinaldo, hasta que amanezca...


El hombre que hizo de la irreverencia literatura. El que burlándose de todos y de todo, sufrió presidio, humillaciones, lo peor con tal de defender su obra, su modo de vida, incluso desde la más irreal clandestinidad, hace hoy veinte años que jugó la más terrible de sus bromas: se hizo libre en Nueva York a través del suicidio.

Sirva entonces este día para recordarle, perdonarlo si es que lo precisa. Sirva lo mismo para enlazar un artículo de José María Rondón Sevilla, que publicase EL Mundo. es, donde se comenta sobre el epistolario de Arenas con el matrimonio Camacho, y que saldrá próximamente bajo el sello de editorial sevillana Point de Lunettes.