jueves, 23 de febrero de 2012

Patrick Commecy y las fachadas francesas...




Los franceses, a veces son tan franceses… Quiero decir, se portan de manera que su refinamiento, el arte que facturan al menos en lo que se refiere a manifestaciones como la plástica -que es de lo que intenta reseñar este post-, habría de imitarse sin duda alguna. Y es lo que un amigo mío propone, y que lo que define irónicamente como grafiti galo; que yo diría es una de las mejores soluciones en cuanto decorar nuestro entorno, y a un costo barato si se quiere, sirviéndonos nada más de un hermoso fresco o mural.

Por supuesto, la idea no es nueva. Se remonta más allá del medioevo y en este lado del mundo, en México particularmente, se conoce bien el oficio, por sólo mencionar un ejemplo. Incluso, es una expresión reiterativa y la distingue únicamente el talento de su hacedor y la belleza de su trabajo. Y hasta recuerdo lo mismo que en La Habana de la segunda mitad de los 80 (sobre todo en La Habana Vieja y Centro Habana), y quizás al principio de los 90 (hablo del siglo pasado), se intentaron soluciones parecidas para problemas un tanto, "muy un tantico", similares: se pretendía darle cierto colorete a sitios que se habían derrumbado parcialmente (como muestra la primera secuencia de fotos en su antes y después). Con la lógica diferencia a ojos vistas que ofrece el entramado habanero, en medio de un triste empeño por confrontarlo con la Ciudad Luz. Soluciones en su mayoría de corte apologético en el caso criollo, muy “revolucionarias” para mi gusto…;, y en el mejor de los proyectos, muy faltos de imaginación. Reduciéndose en su mayoría aquellas superficies a marcarse con una suerte de tatuajes repletos de consignas (grafiti revo...) adornadas por bolas y a triángulos raros, de colores fuertes, sobre un fondo blanco preparado ya fuese con cal o cementosa .

Pero retomando la idea…, según prueba el email que recibiese de mi buen amigo El Quilla, el señor Patrick Commecy definitivamente hace arte en las fachadas de los edificios. Bien vale la pena...