miércoles, 18 de noviembre de 2009

Para llamar al 911 en Miami


Recibo un correo simpático, que me parece bueno compartirlo. Por supuesto, lo abrevio.

Se trata de un sujeto que llama a la policía porque siente que alguien está en el patio de su casa. La respuesta del 911 fue la siguiente:

Le preguntaron si el ladrón estaba armado; de que calibre era el arma; si estaba solo; qué cómo era físicamente; si ya estaba dentro de la casa, etc, etc y etc. El dueño de la casa aclaró, que no, y que de las características de la supuesta arma, pues no sabia nada. Finalmente, el departamento de policía le informó que no tenían ninguna patrulla cerca para ayudarlo, pero que iban a mandar a alguien en el momento que fuera posible. Eso sí, de suceder algo, que llamase enseguida.

Un minuto después, según cuenta el correo que me envía mi buen amigo El Quilla, el sujeto llamó por segunda vez y dijo muy tranquilamemte

-Hola, hace un rato hablé con ustedes porque había alguien en mi propiedad. Sin embargo, ya no hay necesidad de que vengan. Yo ya maté al intruso con un disparo de escopeta calibre 12 que tengo guardada para situaciones de emergencia. El tiro se lo pegué en la cabeza y ahora sus sesos están regados por todo el jardín. Lo peor es que, lo que le queda de su rostro, me hace pensar que es el hijo de un político en la ciudad.

Pasados menos de tres minutos, estaban frente a la casa de este señor, y dentro de ella, cinco patrullas de la policía; ocho agentes del FBI; diez de la CIA; cuatro del comando de asalto y dos de la Policía Secreta. Un helicóptero de Narcóticos; cinco Fiscales, una unidad de Bomberos, el rescue, dos ambulancias. Asimismo se presentaron tres abogados defensores del pueblo, Robert Rubinstein entre ellos, que rapidamente dijo "queria ser su abogado". Un equipo de reporteros de Telemundo, otro de Univision, otro de Mega TV y dos productores del programa "A mano Limpia". Tambié vino un Procurador y un Personero del Ministerio Público; dos diputados; el alcalde del condado, el nuevo alcalde Tomás Regalado, el de Hialeah y el ex Joe Carollo. Asegura que, desde lejos el propietario reconoció a Carlos Alberto Montaner; Raúl Martínez; Jorge Ramos; Jaime Bayly y al Padre Alberto junto a Ruhama. Igualmente se prtesentó un grupo de los derechos humanos; un corresponsal de AP y otro de la France Press. Y por último, dos delegados de la OEA.

Según sigue la historia, todos ellos agarraron al ladrón in fraganti, quien sorprendido, miraba el espectáculo increíble en el que se veía envuelto. Tal vez, pensaba el ratero, que se había colado en la casa del Jefe de Seguridad de el FBI o de algún pariente de Obama. Pero lo simpático fue cuando un oficial, al ver al intruso vivo, le reclamó muy disgustado al buen ciudadano que ellos entendieron, que el dueño de la casa había matado al ladrón y que este era el hijo de un prominente político de Miami.

Termina el correo contando que el buen hombre le contestó al policía indignado
-¡Creí que me habían dicho que no había nadie disponible!