jueves, 9 de diciembre de 2010

Come together...

Las escarchas de la noche quedaban desechas con tanto calor humano. Y luego, una y otra vez, las melodías se estrellaban contra los corazones y las almas. Resurgía, plácidamente, entre canciones, el espíritu, henchido, de John Lennon. Homenajeando el aniversario 30 del asesinato de este genial músico británico, la agrupación cienfueguera Los Moddys celebró un gran concierto en el cabaret Costa Sur de la ciudad.


Así comienza un artículo publicado por un portal oficial de Cienfuegos, que reseña lo sucedido el pasado 9 de diciembre en el cabaret Costa Sur. Recuerdo bien los homenajes a los Beatles, siempre en diciembre, siempre en un sitio cerca del mar. Recuerdo el que pasé antes de venir a Miami. Fue una tarde extremadamente fría, gris, tal vez con una importa londinense, frente un azul que se obstina en no dejarse agitar dentro de la bahía. Recuerdo a los amigos, a los que les prometí, no iba a olvidarlos, incluso si la comunicación empezaba a fragilizarse, a dejar de existir, como lamentablemente ha sucedido.

Recuerdo también a Los Moddys, sus canciones. Y me viene a la mente aquellos que fundaron el grupo que más huella ha dejado dentro de la juventud cienfueguera, borrados en su mayoría de cuanta información hiciese referencia a su trabajo, porque nada más decidieron irse. Recuerdo sus presentaciones en La Patana, y esa juventud que hoy pasa los cuarenta, bailando, cantando incluso, los temas que sólo por onda corta podíamos disfrutar.

Recuerdo igual el día en que, siendo un imberbe con ínfulas de adulto, me llevaron a la dirección de la escuela porque tenia copiado en la ultima hoja de la libreta de Matemáticas una canción de Lennon, “Come together”, si mal no recuerdo. Recuerdo que los chico de Liverpool eran considerados enemigos de la revolución, por lo que me acusaron de “diversionista ideológico” únicamente por guardar con innumerables faltas de ortografía la lírica de ellos, y a punto estuvieron de botarme de la escuela y la “vieja” tuvo que ir a conversar con el director.

Recuerdo ahora, que años más tarde, en un parque de La Habana, inauguraron una estatua de John, donde Silvio cantó y Castro hubo de retratarse junto a la escultura y el escultor. Recuerdo con pesar, cuan de forajidos eran, y de pronto, un día, sin entenderlo, ya no lo fueron más y Lennon pasó a ser un héroe ¿A lo mejor porque imaginaba...?

Sin embargo, confieso que me alegra que, aquellos amigos que dejé atrás, la noche del pasado 9 de diciembre se reunieran en viejo cabaret “Pan America” y disfrutaran junto al mar y el frío -que mejor mezcla que esa, a lo londinense- de las canciones de esos que nos sirvieron de mucho cuando, hablar o pensar en ingles, era un flagrante delito.