Confieso que por estos días en que no podido “postear” debido a mi nuevo horario en el trabajo, que me absorbe demasiado y acaso me permite enterarme de lo que ocurre en la blogo gracias a mi teléfono, y en cortos espacios de tiempo; entregando el poco que me queda a otras prioridades, lo que por consecuencia me provoca masturbarme mentalmente, imaginando la acariciada fantasía de muchos sobre la posibilidad de que algún Miércoles o Sábado, consiga ganarme la Lotto, mandar todo al carajo y dedicar mi vida a lo que realmente me gusta - que para nada se resume en mis deseos de “bloguear” una que otra vez-, ganas no me han faltado de cerrar definitivamente este espacio. Por otra parte, la repetición de temas, o traer algunos por los pelos de manera rápida para únicamente mantener abierto el blog, reconozco que me molestan lo mismo que ver como un post se queda colgado durante una semana o más.
Claro, para nada me creo que el acto de clausura, al que ha recurrido otros y los que en contados casos lamento, venga a ser una pérdida en la red que muchos habrían de reclamarme. Cuando más, un par de buenos amigos, que por suerte tengo, me dirían que no lo hiciese. Por lo que no es este el motivo, el de defraudar a alguien en particular, el que me hace desistir de lo que a lo mejor algunos consideren debe ser lo correcto, o lo inevitable.
Mi empeño por continuar se trata más bien por mi necesidad de escribir. Se resume en mi falta de pudor, la que le asiste a todo bloguero como para atreverse a comentar, decir sobre lo que le gusta o le molesta, o simplemente le llame la atención; o como es el caso del “label de promoción a ecobios”, donde anuncio lo que hacen gentes de talento en Miami o alrededor del mundo. Por tanto y, por cuanto, continuaré con Fernandina, lo que en una frecuencia que ha de sucederse más lenta. Miércoles y Jueves serán los días en que actualice la página, el resto, depende de si queda algo como para romper la nueva regla de publicación...