miércoles, 1 de junio de 2011

Pablo Milanés y Miami. El romance que se avecina...

Si antes, un virus renal -como le sucedió a su amigo Sabina- no le impide el acto, Pablo Milanés viene a Miami a cantar (por cierto, mis mejores deseos de que el español se recupere y por fin cumpla sus compromisos y de una vez se haga realidad el esperado concierto). Imagino lo mismo, Pablo hará alguna que otra declaración sobre El Proceso. Es lógico que las preguntas, en cuanto al controvertido tema, no falten. Luego entonces, quedarse callado sobre lo que opina de Cuba, no resultará fácil. Desde luego, se agracedece la honestidad.

Un amigo me dice con ironía que únicamente falta Silvio Rodríguez en el ruedo. Y digo yo, a lo mejor Fuego Entertainment lo ha intentado y ha sido el mismo bardo de Fusil vs Fusil quien lo rechaza; lo que a su vez no encaja del todo con la personalidad del rojo cantautor. Apuesto que gustosamente Silvio vendría a Miami para provocar a una parte del exilio, molesto con esos intercambios, y con toda razón además. La ausencia de público no sería óbice, al contrario. Son numerosísimos los criollos nostálgicos, que cuando se reúne en sus casas en ameno BBQ y cervezas frías, ponen un disco suyo en lo que comentan con sobrado orgullo, “el tipo es un caballo…”. Y de paso, el también diputado sumaría otro “puntito” a su larga carrera de apologeta abyecto; incluso va y consigue un extenso editorial en el Granma; o si cuenta con la suficiente suerte, hasta una reflexión que alabará con prosa epopéyica (incoherente) su “desmedido valor”.

Claro, en el caso de Pablo Milanés, después de sus “continuadas declaraciones” sobre la revolución, en términos fuertes (fuera de Cuba, dentro el trovador le da otra “nota” a sus palabras) tal vez eso lo hace más potable, interesante. Primero, está la expectativa de si aquí, en las entrañas de la mafia cubanoamericana, el trovador será tan crítico con el sistema como lo ha sido en España; o como se comportó en Montevideo recientemente, cuando aseguró que la Isla es un caos que precisa de manera urgente de un remplazo en su gobierno. Segundo, reconozco en Pablo a un ser humano distinto a su colega; a muchos le parece más auténtico, mejor como persona, superior como compositor y cantante. Y tercero, el tufo ideológico que traen los artistas cubanos siempre a favor del Proceso, de mantenerse comprometido con sus ultimas declaraciones el autor de una hermosa canción como Yolanda, no ha de tener espacios; al menos, no de la manera tan burda e insultante como hicieron en su momento Paulito FG y el desacertado Manolín, el Médico de la Salsa, éste último sujeto, quien se ha desdoblado en su blog como un ente mucho más despreciable que su compatriota y compañero de partido Silvio.


Por supuesto, han de esperarse reacciones fuertes, ya sean en contra de la presencia del mulato, o a favor. De una parte, Vigilia Mambisa encenderá los motores de sus planadoras. De la otra, Hugo Cancio saldrá en el programa de Oscar Aza (si es que se mantiene en el aire todavía; confieso que hace más de año y medio que no veo America TEVE) defendiendo su postura en cuanto a estos “intercambios”, que sólo favorecen las cuentas bancarias de unos cuantos empresarios dispuestos al juego sucio, y a las arcas del Comité Central (ni siquiera las del Ministerio de Cultura).

Sin embargo, no puede ignorarse que a una gran cantidad de personas en esta ciudad no les va interesar el conflicto que ha de generar la presencia de Pablo Milanés, y más bien practicarán un romance imaginado ni se sabe desde cuando. Muchos irán al teatro a corear las canciones que una época, allá, vino a representar una suerte de bálsamo, de alimento para el alma entre otra cosas por la carencia de levadura, de harina, lo que se traduce en la más terrible ausencia de pan.

Por supuesto, espero que Pablito “no se tire con el numerito” de… Será mejor hundirnos en el mar, antes que traicionar la gloria que se ha vivido. Ahí si que llamo a Saavedra.