miércoles, 18 de mayo de 2011
La bomba flaca de Brasilia
O las vigas de sustentación de las gradas del estadio Mané Garrincha, en Brasilia, son en extremo sólidas, o los doscientos cincuenta kilos de explosivo a usarse para provocar la implosión fueron insuficientes, o de muy mala calidad. El caso es que el susodicho estadio, que está siendo remodelado para el próximo mundial de futbol a celebrarse en Brasil el 2014, ni se enteró de que pretendían derrumbarlo. El acto, con cobertura en la televisión brasilera, incluso con conteo regresivo, dejó muy mal parado a la compañía que hubo de practicar la pirotecnia, que lógicamente ha de repetirla. Por su parte, la gobernatura de la ciudad capital, en voz de su vicegobernador, ahora pide explicaciones por el papelón ocurrido…