Confieso que del libro sólo he leído una historia que cuenta la triste nostalgia que nos traemos los que andamos por los treinta o cuarenta años, muy diferente a la de nuestros padres, sucia y fea si se comparan. Por lo que, escribir la reseña de un libro que no me he leído en su totalidad, definitivamente no me parece aconsejable. Ahora, como tengo antecedentes que hablan muy bien a favor del cuaderno, y sé además que su autor es una excelente narradora, entonces, al menos existe un elemento para atreverme a recomendar su lectura. Es el caso de “Mirada desde un submarino blanco”, de Eva María Vergara, y que publicase Editorial Silueta.
En fin, como ya dije, comentar sobre algo que no conozco en su totalidad, puede ser atrevido, irresponsable. Sin embargo, no puedo sustraerme al entusiasmo de insinuar públicamente su lectura, y además, enlazo lo escrito por Gálvez. Joaquín ya tuvo la oportunidad de navegar en el Submarino Blanco…
En fin, como ya dije, comentar sobre algo que no conozco en su totalidad, puede ser atrevido, irresponsable. Sin embargo, no puedo sustraerme al entusiasmo de insinuar públicamente su lectura, y además, enlazo lo escrito por Gálvez. Joaquín ya tuvo la oportunidad de navegar en el Submarino Blanco…