domingo, 23 de octubre de 2011

El baile del "tocatoca". Tú me tocas, yo te toco, en la virtualidad...

Fue un post publicado el día 5 de mayo, un Miércoles, para mayor señas. Se trata de un texto que me inspiró el “encojonamiento” que ha de sufrir alguien que, como yo, vive de su salario, trabaja lejos de su casa, y tiene que pagar la gasolina cara. Claro, un problema que se contempla únicamente en el capitalismo desarrollado, donde puedes comprar un auto, carro, coche o transportation; del sitio que vengo, la preocupación, para el que cuenta con la suerte de tenerlo, es cómo conseguirle yerba al caballo, que no te lo roben para comérselo; o peor, que el gobierno te lo quite.

Pero no voy a comentar sobre dicho post o las miserias de mi Isla. El asunto es otro. Alguien que no conozco, que al parecer vive en España y es vendedor de gasolina en una estación (un “pistero”, como se conoce en Cuba el oficio), ha tomado para su blog el artículo de marras, le ha hecho una versión de acuerdo a su contexto ibérico, madrileño quizás, lo mejora en cuanto a la historia que pretende y lo ubica, por así decirlo. Incluso, le cambia el título y finalmente, en letras muy pequeñas, ha puesto mi nombre reconociendo que soy el autor de dicho divertimento.

Pues bien, yo confieso que me siento muy honrado por el “robo”, porque su osadía me ha generado dos entradas a Fernandina, y a lo mejor vienen más. Por lo que, todo aquel que le interese algo de lo aquí escrito, si se le antoja, puede hacer copy and paste. Por supuesto, sería bueno que me diesen crédito, pero si no lo hacen, igual. En todo caso hay gozar esa promiscuidad virtual en la que vivimos y aceptar de una buena vez que hemos considerarnos expuestos…

El hecho de que alguien se tome el trabajo de tomar lo tuyo para reproducirlo luego, es la evidencia de que lo que hiciste, al menos le “cuadró a alguien…”

Abajo le sigue el post original, de mi autoría, y después un enlace a “pruebas 3”, que es el nombre de la página.


Introspección


Miércoles, mi día de descanso. Me levanto entonces dispuesto a cumplir de una buena vez los encargos pendientes que una semana de trabajo no me permite. Al montarme en el carro, me doy cuenta que olvidé poner gasolina la noche anterior. Ayer estaba a 3.87 (9/10). ¡Coño, que caro!

Finalmente entro a la gasolinera. De acuerdo con los especialistas, al ver que la “regular” en esta hermosa mañana de mayo ha amanecido al íncreible precio de 4.00 dólares, procedo en el siguiente orden, a cagarme de manera literal en la madre de los sujetos, e identidades, que a continuación enumero:


1) Muammar el Gadafi
2) Hugo Chávez
3) Osama Bin Laden
4) Barak Obama
5) Shell
6) Repsol
7) En el precio Platt
8) La relación euro/dólar
9) En las economías emergentes; en los chinos sobre todo
10) En la comisión gubernamental que propone aumentar el impuesto de la gasolina en 40 centavos por galón para obtener fondos adicionales que sirvan en la reparación de carreteras, puentes, y en la supuesta reducción de accidentes fatales…

Y en lo que paso la tarjeta y el dependiente me pregunta -con esa cara que le importa un carajo cómo me siento- si es débito o crédito mi dinero plástico, me pongo a pensar que la lista es interminable y ninguno de los mencionados le dará respuesta a la simple pregunta que lógicamente me asiste: ¿Hasta dónde cojones va a continuar…?



Haga clic aquí para la versión del amigo de "prueba3"